Siglo XIX

  Se tienen indicios de la existencia de población en la pedanía desde principios de siglo XIX, pero las viviendas estaban muy dispersas y no podían considerarse como un núcleo con identidad propia. Esto cambió a partir de mitad de siglo, cuando ya se tiene constancia de la celebración del Auto de los Reyes Magos por las calles del pueblo. Esta pequeña población vivía en su totalidad de la agricultura. Campos de almendros y olivos dibujaban el relieve escarpado de la pedanía. El duro clima, con fríos inviernos de continuas nevadas y suaves veranos, condicionaba el crecimiento del núcleo poblacional. Por Real Orden en 1885 se construyó la actual Ermita de la Virgen de los Dolores, como filial de la Parroquia de San Lázaro Obispo, de la villa de Alhama. La figura de la Virgen de los Dolores, 'La Dolorosa', era sacada en procesión todos los Viernes Santo por el pueblo.

  Inicios del siglo XX, las tradiciones seguían intactas

  En el siglo XX, El Berro continuaba con sus tradiciones intactas, nada había cambiado. Las mujeres del pueblo bajaban por unas importantes rampas, hasta la 'pared del Lavaor' para lavar la ropa en una pequeña fuente, que traía sus aguas desde la sierra. Todos los días la población descendía hasta esta fuente a recoger agua para sus quehaceres cotidianos, llevaban cántaros en la cabeza o los transportaban en 'bestias'. En esta primera mitad de siglo existía una pequeña parte de la población, unos diez o quince vecinos de El Berro, que trabajaba en las minas de carbón próximas a la pedanía. Se recuerda cómo se iban en grandes camiones, permanecían en la mina un tiempo y luego regresaban con el carbón para la zona.

  Los años 50' y la llegada de la modernidad, agua corriente y luz eléctrica

  La población de El Berro se vio incrementada alrededor de los años 40' y 50' por la llegada de una parte de los habitantes de la vecina Promayor. Esta localidad inmersa en el corazón de Sierra Espuña tenía unas condiciones de vida durísimas, por ello se mudaron, construyendo sus casas en El Berro, viviendas que con el tiempo serían conocidas como 'Casas de la Cañá'.

  En los años 50' la pedanía tuvo los mayores avances de su Historia: los puentes que se levantaron en los extremos del pueblo permitieron la llegada de las aguas del canal del Taibilla para riegos y también se obtuvo un motor para el agua, que llenaba una balsa en lo alto del pueblo. El suministro del agua en los hogares quedó asegurado, convirtiéndose la 'pared del Lavaor' en un mero recuerdo. En 1956-57 llegó la luz eléctrica a El Berro. Este hecho se convirtió, como en tantos lugares, en un acontecimiento histórico. Todo el pueblo se dirigió al Monte de los Quemados a celebrar la llegada de la luz.

  El Corazón de Jesús, una escultura realizada en piedra blanca de varios metros de altura, fue ubicada en lo alto del pueblo en los años 60', siendo la ermita reformada. En esta misma década el colegio público de El Berro abrió sus puertas. En 1986 se inauguró la Casa de la Cultura en el centro del pueblo. El edificio, que era propiedad de la Iglesia, fue comprado por el Ayuntamiento de Alhama al Obispado. La alcaldía pedánea de El Berro se dispuso en la Casa de Cultura.

  El Camping Sierra Espuña y el turismo rural en El Berro

  El turismo rural estaba adquiriendo importancia en el ámbito económico de la zona, potenciándose en El Berro a partir de 1994. En ese año se realizó el Camping Sierra Espuña. Con la oferta de actividades y entretenimiento, que el camping ofrecía, la zona se enriqueció. La construcción de casas rurales, la tranquilidad del pueblo y la cercanía de la naturaleza supusieron suficiente reclamo para la inversión y el desarrollo de la localidad mediante el turismo rural.

  En los últimos años se han realizado obras de mejora en El Berro. Por ejemplo se acondicionó la zona del Corazón de Jesús para convertirlo en mirador, en el que poder apreciar el Valle. Para el futuro destaca un ambicioso proyecto, por el que se han comprado distintos edificios históricos de El Berro, como la zona del molino, para rehabilitarlos con la finalidad de remozar el patrimonio de la pedanía.