CÓMO AFRONTAR CONDUCTAS AGRESIVAS INFANTILES

     En muchas ocasiones, nos hemos hecho esta pregunta: ¿Por qué mi hijo se comporta de este modo? Nos cuesta entender que niños pequeños puedan tener comportamientos agresivos.

     En primer lugar hay que entender que en la infancia son normales los ataques de agresividad. Lo que pasa es que algunos niños persisten en su conducta agresiva por incapacidad para controlar su genio.

     De la misma forma que los padres enseñan a caminar, a hablar, a  comer etc… a sus hijos, deben enseñarle a  controlar su agresividad.

     Lo primero que tenemos que hacer es determinar a través de la observación: los antecedentes (causas y reacciones a la frustración) y los consecuentes (que es lo que gana con la agresión), del comportamiento agresivo del niño.

     El castigo físico no es aconsejable en ninguno de los casos porque sus efectos son generalmente negativos: se imita la agresividad y aumenta la ansiedad en el niño. Hay que tener en cuenta que los niños aprenden a comportarse de forma agresiva por observación de otros modelos agresivos.

     Los padres que castigan a sus hijos mediante violencia verbal o física se convierten en modelos agresivos para estos. Los padres poco exigentes que hacen siempre lo que el hijo quiere, acceden a sus demandas y le permiten una gran cantidad de libertad están fomentando futuros comportamientos violentos.

     Debemos concienciarnos de querer cambiar la conducta agresiva del niño y mantener la paciencia y la perseverancia, de esta forma tenemos más posibilidades de solucionar el problema.

     Podemos enseñar al niño otras formas de solucionar los conflictos como: el diálogo, el razonamiento, el establecimiento de normas, etc. Los padres son SIEMPRE modelos para los niños. Los niños van a repetir, los comportamientos que vean en los padres. Por esto es importante, que ante un conflicto, hablemos tranquilamente con el niño, le expliquemos porqué lo que ha hecho está mal, y cual es la manera correcta de hacer las cosas.

     Hay que reducir los estímulos que provocan la conducta agresiva, fijándonos  en que situaciones se producen las agresiones. Generalmente hay situaciones en las que los niños de comportan de manera agresiva, quizá sea porque esas situaciones en concreto les provocan ansiedad, o nervios. Los padres tienen que identificar esas situaciones, para poder anticiparse a ellas, tomar siempre las decisiones de forma conjunta y ser consistentes y firmes en las normas y límites que se establecen con el niño.