Vajilla de mesa romana

     Durante los primeros siglos de dominación romana en la Península Ibérica (siglos II-I a.C.) se produjo una rápida difusión de su cultura material que pronto sustituyó a la cerámica ibérica, cuyo uso sólo perduró en las llamadas cerámicas de tradición ibérica.

     Las primeras importaciones atestiguadas en los yacimientos de la Región se documentan en los años iniciales de la conquista romana (finales del siglo III a.C), con la cerámica denominada campaniense. A partir del siglo I a.C. se generaliza la producción característica del mundo romano, la terra sigillata, llamada así por la marca impresa en el fondo de las piezas (sigilum) que identificaba los talleres donde se fabricaban.

     De este tipo de cerámica conocemos los talleres itálicos, sudgálicos, hispánicos y africanos, cada uno con sus producciones y decoraciones propias. Realizada a molde, con un característico engobe rojo brillante, es la más abundante en los yacimientos de época romana de la Región de Murcia. Existen variantes curiosas dentro de estas producciones como la llamada marmorata, con un veteado en rojo y amarillo que imita al mármol y que sólo se fabricó durante el gobierno del Emperador Nerón (mediados del siglo I d.C.).

Otras producciones cerámicas: las ánforas

     Junto a las sigillatas destaca, por su fabricación masiva y por su enorme valor para la investigación los intercambios comerciales durante la Antigüedad, las ánforas, recipientes contenedores utilizados para el almacenamiento y transporte de productos como el vino, el aceite, salazones o cereales. En la Región se ha constatado la presencia de producciones anfóricas procedentes de todo el Mediterráneo, si bien destacan las importaciones itálicas y norteafricanas.

     Estas cerámicas conviven con otras más modestas, de carácter local, en las que en ocasiones se llega a apreciar la pervivencia de técnicas decorativas características de la cultura ibérica.

Otros materiales

     Por otra parte, durante la época romana se produjo la generalización del uso del vidrio, que pasó de objeto de lujo, como lo había sido en época ibérica, a ser de uso común en forma de pequeñas ampollas y ungüentarios (para contener perfumes o medicinas) además de fuentes y botellas.

     Al mismo tiempo se continua trabajando en otros materiales; metales (hierro para la fabricación de armas y herramientas), bronce (lámparas, braseros, esculturas, etc.), oro y plata (objetos de adorno personal y vajilla de lujo), hueso (punzones, peines), etc.