Por la carretera que se dirige desde el centro de Caravaca hacia las conocidas Fuentes del Marqués se encuentra una desviación que a través de varias casas de nueva construcción y un centro educativo nos lleva hacia la conocida como Casa de la Huerta de Mairena.

La casa se encuentra en lo que se conoce en Caravaca como la Huerta de Mairena, denominación que da nombre a la casa.

Se trata de una zona de huerta que se encuentra situada a las faldas de la conocida Peña Rubia. En el pasado jalonaban sus campos olivos y almendros, mientras que en la actualidad melocotoneros y frutales han sustituido a los antiguos cultivos.

En su huerta tan cercana a la falda de la montaña se confunden los típicos cultivos de la huerta, con la vegetación de altura.

La casa está rodeada por otras dos de nueva construcción y envuelta en un jardín de grandes pinos.

En la actualidad ha sufrido modificaciones y arreglos, pero su historia e importancia en la huerta de Caravaca la señalan como uno de los símbolos rurales más relevantes del municipio.

Hoy en día sigue perteneciendo a sus antiguos dueños, que lo llevan siendo desde el siglo XVIII.

Se trata de un ejemplo de las casas señoriales rurales que existían en esta zona de Huerta. Tenía una almazara donde, aparte de moler la aceituna los dueños de la casa, lo hacían productores minoritarios vecinos del cortijo y que solían tener cosechas pequeñas pero que les era rentable pagar al dueño de la almazara un pequeño canon por utilizar las dependencias de la almazara.

Referencias históricas

Aunque como hemos citado antes, ha sufrido algunas remodelaciones y arreglos con respecto a la antigua construcción, el cuerpo de la casa sigue siendo el mismo. Contamos en el archivo municipal con una descripción aproximada de la casa antes de sus reestructuraciones.

Vivienda de planta rectangular, con tres cuerpos y cubierta de teja de cañón a dos aguas. El alero está constituido por una amplia moldura de yeso. Balcón central de mayores dimensiones que los laterales. El último cuerpo lo ocupan las falsas y está iluminado por tres óculos con un entramado de madera modo de celosía. El zócalo de la vivienda está constituido por un paramento de ladrillo macizo que, originalmente, pudo estar visto. Todos los huecos están recercados por la característica faja blanca.

En planta baja, sobre una puerta secundaria que no parece original, se encuentra un magnífico paño compuesto de 15 azulejos polícromos que representan la imagen de la Virgen y el Niño rodeados de angelotes. En la parte posterior de la composición se encuentra la siguiente leyenda: Se pintó en la Fábrica de Juan García en Moncada: Año 1814'