Aspecto de los muros

La planta de la torre se inscribe en un cuadrado de poco más de ocho metros de lado.

Sus muros, de los que no se conservan alzados mayores de 7 o 8 metros, se construyeron utilizando mampostería gruesa, a base de piedra procedente de la zona trabada con argamasa de cal. Se aprecia una potente rezarpa sobre la que se asentó toda la obra. En las partes donde fue necesario se usó una piedra mejor trabajada, de aspecto marmóreo y alguna de ella reutilizada procedente de algún templo romano de las inmediaciones. Tal es el caso de las aristas del cubo o las jambas de la puerta.

Son visibles aún algunas aspilleras abiertas hacia el centro de los paramentos, cuya función era la de dar luz al interior y por las que poder arrojar flechas a los atacantes ofreciendo el mínimo blanco posible. Probablemente, en su origen, su terraza estuvo compuesta por almenas.

Acceso e interior de la torre

El acceso se efectuaba por la fachada donde se abre la actual puerta, que fue bajada de su altura original en fecha muy posterior. De esta forma el acceso original se efectuaría a través de una escalera de palo o de pie de gato, fácil de retirar en caso de ataque. La puerta, con un arco de medio punto, presenta un dovelaje realizado con ladrillos, mientras que las jambas son de mármol rojo de la zona y materiales reutilizados.

Su interior alberga una bóveda de cañón dividida en dos tramos iguales por un arco de medio punto, y que alguna vez fue reconvertida en iglesia. A la azotea se accedería a través de unas escaleras situadas en la parte trasera y elevadas unos tres metros sobre el nivel del suelo.