La investigación del mundo protohistórico y las colonizaciones no ha dejado de proporcionar algunos interesantes descubrimientos en los últimos años.

La continuidad de las excavaciones en el yacimiento ibérico de Coimbra del Barranco Ancho (Jumilla) está permitiendo delimitar definitivamente la necrópolis del poblado y sigue aportando ajuares de gran riqueza e importancia para el conocimiento histórico del mismo. Asimismo, se sigue consolidando el papel central en la Vega de Murcia del asentamiento ibérico de Monteagudo, a partir de una serie de hallazgos puntuales en diferentes solares de la población actual.

Las últimas excavaciones en la necrópolis del Cabezo del Tío Pío (Archena), un yacimiento de referencia para la etapa ibérica de nuestra región, donde, tras un vacío de intervenciones, una reciente excavación ha propiciado el hallazgo de unos espectaculares ajuares cerámicos ibéricos.

Sin embargo, si hemos de destacar una novedad en la arqueología terrestre de este momento, deberíamos decantarnos por los descubrimientos, en una serie de solares del actual casco urbano de Lorca, de una rica necrópolis de época ibérica y un posible santuario de tipo orientalizante en un solar de las calles Alamo y Nuñez de Arce.

Finalmente, hemos de reseñar las recientes investigaciones subacuáticas en el pecio del Bajo de la Campana (La Manga), con un espectacular lote de materiales de lujo: colmillos de elefante, timateria, aras, cargamentos cerámicos, lingotes metálicos, todo ello en proceso de recuperación en los laboratorios del centro del ARQUA en Cartagena.

Sin embargo, como es habitual, el periodo que proporciona los descubrimientos más monumentales en nuestra región es la época romana, y estos últimos años no han sido una excepción.

Cartagena sigue siendo, por razones obvias, el yacimiento más destacado, con las excavaciones en extensión en la ladera meridional del cerro urbano del Molinete, donde se ha recuperado y puesto en valor una manzana casi completa de la ciudad, que incluye unas termas, documentadas parcialmente ya en 1983, y un gran edificio público o “banquet house”, donde destacan no solamente los elementos muebles rescatados sino su propia arquitectura (columnas, escaleras, pinturas parietales) y el grado de conservación de sus estructuras (hasta seis metros de altura).

Todavía más recientemente, los trabajos de reforma urbanística y apertura del tan demandado “Parque Arqueológico” en la parte alta del cerro, están permitiendo estudiar en extensión conjuntos arqueológicos pocos conocidos hasta ahora en la historia de la ciudad, como sus murallas púnico-republicanas o el gran templo en terrazas que presidía esa colina.

Asimismo, en la ciudad portuaria, centro neurálgico del Sureste en ese periodo, se han continuado, con grandes hallazgos, los trabajos en el sector S-SW del monumento del Anfiteatro y en solares del centro urbano, como los que han permitido localizar, muy recientemente, restos de las Termas del Foro de Carthago Nova, en un solar de la calle Arco de la Caridad.

No menos significativos son los descubrimientos en otra de las urbes romanas de nuestra región, Begastri (Cehegín), donde los esfuerzos de las campañas de los últimos años se han centrado en las puertas de la ciudad y en el extremo opuesto de la colina, permitiendo reformular todo el trazado defensivo del acceso a la ciudad, no solo de época tardorromana, sino descubrir una fase monumental muy importante de época romana clásica e incluso sus precedentes indígenas ibéricos.

Otras investigaciones que han aportado destacadas novedades en la arqueología clásica han tenido lugar en la villa de Los Cipreses (Jumilla), donde aparte de la apertura de nuevas áreas y puesta en valor del conjunto, se descubrió un interesante tesorillo de unas 52 monedas, la villa del Paturro (Portman, La Unión), donde se ha excavado un sector de la terraza superior y una gran escalinata monumental de comunicación entre ambos sectores, y nuevas excavaciones en solares urbanos de Aguilas, que siempre aportan ricos depósitos materiales de época romana.

En otros casos, se trata de la puesta en valor turístico-cultural y recuperación de yacimientos clásicos, un poco olvidados, como las villae de Los Cantos (Bullas) y Villaricos (Mula), o la renovación de los estudios en el campo de la arqueología balnearia romana, con grandes descubrimientos de la arquitectura de los Baños de Fortuna y Archena.

Finalmente, aparte de las excavaciones en instalaciones mineras romanas como el Cabezo del Pino (Sierra de Cartagena-La Unión), destacaremos, por su singularidad al abordar campos muy poco conocidos en la arqueología clásica regional, los proyectos arqueológicos en instalaciones militares de la zona de Caravaca-Archivel, de época tardorepublicana, y en una serie de instalaciones, de importante entidad arquitectónica, en el limes fronterizo visigodo-bizantino en la zona del Parque Regional del Valle en Murcia (Castillo de los Garres, Los Teatinos, etc).