Retablo de la Vera Cruz [Iglesia del Convento de San Francisco de Lorca]
Retablo de la Vera Cruz
Virgen de los Dolores [Iglesia del Convento de San Francisco de Lorca]
Virgen de los Dolores

Entre las obras artísticas más destacadas que alberga la iglesia de San Francisco, destacamos las siguientes:

Los retablos

Retablo mayor, de 1694, obra de Ginés López. Realizado en madera policromada y dorada. La construcción del camarín se lleva a cabo en 1771 bajo la dirección de Lucas de los Corrales. El lienzo de la embocadura lo pintó Muñoz Frías en 1775. Alberga en el camarín la imagen de la 'Inmaculada'. La simbología que aparece en el retablo trata de ensalzar a la Orden Franciscana a través de los miembros de la misma que habían sido canonizados. Se trata de un retablo barroco, con un cuerpo único de tres calles marcadas por cuatro columnas salomónicas.

Retablo de San Antonio, del siglo XVIII, obra de Jerónimo Caballero. Ubicado en el crucero derecho. Realizado en madera policromada y dorada. Está dividido en tres calles, albergando la central una hornacina con la imagen de 'San Antonio de Padua' con el Niño. En las calles laterales, se representan diversos relieves con los milagros atribuidos al Santo. Rematando el conjunto, aparece la figura del arcángel San Miguel, con atuendo militar como corresponde al jefe de la milicia celestial.

Retablo de la Vera Cruz y Sangre de Cristo, del siglo XVIII, obra de Jerónimo Caballero. Ubicado en el crucero izquierdo. Realizado en madera policromada, se divide en tres calles, separadas por estípites. La calle central, de mayor tamaño que las laterales, alberga una hornacina donde se halla la Santa Cruz. Coronando el retablo se dispone un relieve de Cristo resucitado. En este retablo se representan escenas en relieve relacionadas con la Pasión de Cristo y ángeles que portan los instrumentos de la Pasión. En el altar se encuentra la magnífica escultura del 'Cristo Yacente' de José Planes.

Retablo de la Santísima Virgen de los Dolores, de finales del siglo XVII (1691), obra de Manuel Caro. Retablo menor del crucero izquierdo. Realizado en madera policromada y dorada. Está compuesto por el banco o predela en la parte inferior, un único cuerpo (con hornacina que alberga la 'Virgen de los Dolores' de José Capuz) con columnas salomónicas, y todo ello rematado por el ático donde se inserta un lienzo que representa el 'Descendimiento de Cristo'.

Retablo Virgen de la Pera, de finales del siglo XVII, obra de Manuel Caro. Retablo menor del crucero derecho. Realizado en madera policromada y dorada. Se trata del retablo de la Virgen de la Pera, también conocida como Virgen de la Paz, o Virgen de la bola. La estructura está compuesta de un banco, un único cuerpo con hornacina central, flanqueada por columnas salomónicas pareadas y el ático con un lienzo que representa a 'San Juan escribiendo el Apocalipsis'.

La escultura

Santísima Virgen de los Dolores (1941), titular de la Hermandad de Labradores (Paso Azul), obra del valenciano José Capuz. La procesión de la Semana Santa lorquina la cierra la Santísima Virgen María. Ella, junto a su hijo, padeció la amargura del Calvario hasta ser traspasado su corazón por la espada del dolor.

Cristo yacente (siglo XX), del escultor José Planes. Realizada en madera policromada; el tórax se presenta levantado, dibujado en él perfectamente las costillas. El Cristo yacente de la iglesia de la Asunción de Cieza, del mismo autor, es muy semejante a éste.

Virgen de la Pera, también conocida como Virgen de la Paz, o Virgen de la bola. Imagen sedente de Nuestra Señora y el Niño, obra de los primeros años del siglo XVII, atribuida a Cristóbal de Salazar. Procede del antiguo hospital de la Concepción, de la que era titular, que se fusionó al desaparecido de San Juan de Dios.

La imagen de la Inmaculada, con el manto al vuelo, se ha atribuido tradicionalmente a Antonio Dupar (escultor marsellés), aunque Juan Guirao (Archivo Municipal de Lorca) considera que tal vez la escultura perteneciese a la etapa en que se erigió el camarín (1771) donde se encuentra esta imagen, en cuyo caso plantea la hipótesis de que fuera obra de Fernández Caro. Se encuentra en el camarín principal, sobre una peana de 1 metro de altura.

Otros

El órgano constituye una pieza muy interesante en madera policromada y se trata  del único órgano conservado en Lorca después de la guerra civil.