A continuación resumimos la consideración que Marcial García hace del estilo y forma de la iglesia.

Estilo

La Parroquia de Santa María de la Asunción, en su conjunto, se encuadra en lo que se conoce como estilo Renacimiento, pese a que su último tramo se realizara en plena época barroca. La planta es de las llamadas iglesias salón, de tipo columnario, muy bien representadas en la comarca: El Salvador, en Caravaca, y la Magdalena, en Cehegín. Sus tres bóvedas de nervios están sostenidas por seis columnas -dos de ellas, exentas- y cuatro modillones.

Cabecera

Posee una cabecera rectangular, con bóveda de casetones. Ésta es la parte más antigua y merecen una atención especial sus motivos decorativos escultóricos, con temas alegóricos profanos en los que abundan los mascarones y bustos.

La clave del arco del presbiterio sostiene el escudo de la Orden, en madera dorada y pintada, y la cinta con la leyenda "Año de 1779".

Enmarcan la capilla mayor dos columnas jónicas, estucadas y pintadas en el siglo XVIII, imitando jaspe rojo y bronces dorados, con símbolos de las letanías y rocallas. En los laterales, puertas de cuarterones que dan acceso a la sacristía-museo y a las dependencias anejas a la torre. Las restantes columnas están estucadas, simulando jaspe rojo. 

Las vidrieras del tramo del testero sur son modernas, representando a San Mateo y Moisés, aunque una de las ventanas sea simulada, ya que se tapó al construir la torre.

Bóvedas

Las claves de las bóvedas representan motivos florales y los espacios entre los nervios, pintados en 1952, simulan mosaicos sobre fondo de oro con hojas de acanto. Las bóvedas laterales tienen claves que contienen la Cruz de Caravaca y la de Santiago.

Lado del Evangelio

Lateral del Evangelio, ocupado por dos retablos y una capilla. El primer retablo, obra de 1952 -como todos los demás de la iglesia- imitando uno barroco, con columnas salomónicas. Frente al descrito, está el altar de la Piedad, con imagen de serie en escayola, que procesiona en Semana Santa.

El fondo norte lo ocupa la Capilla del Cristo del Rayo, obra ochavada del siglo XVII, con bóveda muy interesante, de madera estofada, con clave de querubines y serie alterna de espejos y pinturas sobre cristal. Los arranques de esta bóveda los sostienen angelotes de estuco. El estucado restante, altar y repisas están restaurados en 1952. Las puertas-cuadro que dan acceso a las dependencias donde se guardaban las ofrendas al Cristo e insignias de la Cofradía, son antiguas, aunque se retocaron en la restauración de la posguerra. La imagen titular es obra de Gregorio Molera (1940) y las de San Juan y la Dolorosa -Legado Mas Tamayo- son de Roque López.

Testero de poniente

En el testero de poniente, con otras dos columnas adosadas y dos embutidas, cuenta con varios espacios. Primeramente el altar de San José. El coro, alto y bajo, con verjas de madera torneada del siglo XVIII. El baptisterio, con pila del siglo XV.

Vidrieras

Las vidrieras, modernas, representan a San Pedro (desaparecida por rotura), en el testero sur, San Pablo, en el norte y Asunción, en el oeste. Éstas y las otras vidrieras son las primeras que se ponen en la iglesia, pues con anterioridad se utilizaban lienzos encerados y simples cristales. El enlosado y las pilas de agua bendita, de mármol, son obra de la restauración de posguerra.

Sacristía

La sacristía es una obra de estilo barroco. Tiene cielo raso de artesón de yeso, con molduras y florón dorados. Mesa central y aguamanil empotrado de jaspe. Cajonería original, donde se guardaban los ornamentos y vasos litúrgicos de los numerosos curas que tenía la parroquia, que llegó a contar treinta y cuatro.

Decoración interior

A partir del cierre exterior del edificio las inversiones más o menos modestas se aplican al acondicionamiento y decoración interior de lo edificado. Sabemos que en el siglo XVIII se concentran las labores de decoración. Así en 1736 se blanquea la Iglesia, de 1738 a 1739 se construye la Sacristía (volumen barroco situado a un lado del ábside); en 1743 se colocan las vidrieras; en 1750 se encarga al tallista Nicolás de Rueda el retablo del altar mayor, que queda instalado totalmente en 1771, y se dora en 1781. Otras muchas partes decorativas se acometen en estos años. Este retablo ardió en la contienda de 1936-39.

En 1779 se estuca el interior de la plementería de las bóvedas, pero no se decora ésta.

En fotografías anteriores a 1936 se observa que las únicas decoraciones pictóricas son las de los fustes de las columnas que forman la embocadura de la Capilla Mayor, quedando libre de decoración el resto, a excepción de los diferentes retablos.

La bóveda que cubre el ábside es de cañón con casetones decorados.

Restauración del edificio por Pedro Cerdán Fuentes

Tras la pasada Guerra Civil el edificio quedó desolado, los retablos ardieron y se produjeron cuantiosas pérdidas. El 7 de Agosto de 1950 se acomete la restauración del edificio con el arquitecto Pedro Cer.