Carmen Linares en Lorca

Carmen Linares, cante. Miguel Ángel Cortés, guitarra. Ana Mª y Ángel González.

Festival Espirelia.

Ermita de San Roque. 23.00 horas

Carmen 1-Fútbol 0

    Como el mundo es como es y ayer aún no habíamos podido cambiarlo, el recital de Carmen Linares programado dentro del Festival Espirelia de Lorca, se fue retrasando hasta cerca de la medianoche. Jugaba la selección española de fútbol para perder y el flamenco debía esperar. Así son las cosas y así las vamos cantando.

    El sol aguantó lo que pudo, pero al final, hubo de dar paso a la luna que fue quien presidió el acto. Allá arribita arribita, hay una fuente de oro. Subimos hasta llegar a la ermita y una vez allí, sí, coplillas de agua dulce que refrescan las sienes y coplas de licor que perfuman las bocas. Es lo que trae el flamenco: remedios pa tos los dolores. Los hay para el aficionado y para el futbolero, para el solitario, para el desgarrado, para el roto, para el estrecho y para el ancho, para el moderno, para el antiguo, para él, para ella, para nosotros y para vosotros. Y para el que haya venido dispuesto a aprender... Clase magistral de pundonor, de sabiduría cantaora, de profesionalidad y de señorío, de elegancia ante las dificultades. Clase magistral, si me apuran, de cómo sentarse en una silla a cantar. Que las hay que lo hacen pidiendo perdón por estar vivas y las hay que te cogen del gaznate y  te pegan dos meneos antes de haber puesto el culo, con perdón, en el elemento. Ni lo uno ni lo otro.

    La maestra se sienta, se recoge, mira hacia arriba y ya estamos todos preparados. Se acompaña de colaboradores habituales. Los González ?a las palmas y los jaleos-, hermanos y residentes en Sevilla. Si pide tiza se la dan. Los oles no hace falta pedirlos, les salen solos. A la guitarra, Miguel Ángel Cortés, granadino, con disco reciente en el que colabora la propia Carmen y  residente en Sevilla. Carmen vive en Madrid, no se queden con la pena de saberlo.

    La  primera lección, por tangos y por cantiñas, con un  repertorio de antología. Segunda jugada: va templando la voz para llegar a los cantes de levante en plenitud y una vez allí,  interpreta la cartagenera y la taranta como la cartagenera y la taranta merecen, como una épica de la rudeza urdida con la lírica del desgarro. Cuando la cosa echa a andar por el Camino de la Serneta, el tiempo perdido deja de pesarnos. En la larga tanda de soleares, en ese masticar los tercios, en esa ligazón del arte con las cosas, está el secreto último del flamenco. La verdad última del cante.

 Segundo tiempo: fandangos de Lucena, bulerías y, para el bis, tangos de Granada. Como vives enfrente/ de la botica/ los colores de la cara/ no se te quitan.

    No hizo falta esperar a oír el silbato, el resultado era claro: Carmen 1-Fútbol 0. Final de partido.

    Exhaustos y plenos comenzamos el descenso. Un poco más sabios, un poco más viejos.                                                                      

Francisco Sarabia Marchirán

Director del Centro Cultural L’Escorxador

Elche, Alicante