A MI AIRE de Daniel Valera y Compañía

    Daniel Valera es un joven bailaor de sólida formación en el mundo de la danza clásica y de larga experiencia en el flamenco. Hace uno año que regenta una academia de baile en plena Gran Vía de Murcia, pero su afán de perfección, su ambición artística y su amor al flamenco han hecho posible este espectáculo de cante, toque y baile. Si por algo se caracteriza el mismo es por la variedad de palos y por la introducción de cantes y solos de guitarra solo para escuchar para que, de este modo, pueda disfrutar toda clase de público. El resultado es más que estimable, pues se mide cualquier aspecto hasta la perfección. Daniel es exigente consigo mismo y con su grupo. La parte musical está compuesta por Faustino Fernández, excelente en el acompañamiento para el baile, aunque alguno de sus solos podría mejorarse bastante. Todos los músicos cumplen su papel a la perfección. Las voces son tres, y representan tres registros diferentes, abarcando así casi cualquier matiz del cante flamenco. El Galli, excelente cantaor, habitual de la Compañía de Antonio Canales, cubre los palos básicos como la soleá, la seguiriya y el martinete. La granadina Ana Sola posee una voz alta y dulce, ideal para los palos a compás donde introduce canciones (o cuplés). Se recrea en unos melismas barrocos y hermosos, que hacen las delicias del respetable. Toñi Fernández es hermana del cantaor almeriense El Titi y aporta el 'rajo' gitano en fandangos, bulerías y tangos. Marcando el compás, este trío funciona estupendamente. Y los tres muy jóvenes, que es lo que predomina en el grupo. Se hacen acompañar de violín, dos percusionistas y dos guitarras: Mercedes Luján, lorquina, a la guitarra rítmica, y Faustino Fernández, de Alcantarilla, a la guitarra solista. El cuerpo de baile lo componen cuatro chicas, entre las que destaca Ana Belén Ruiz, de la localidad de Alguazas. Ella posee garra, fuerza, salero, no en vano fue finalista en La Unión con solo 16 años.

    Daniel Valera es de figura esbelta, muy elegante con los brazos. Destacó, especialmente, en la seguiriya, donde emocionaba cuando contenía el dolor con el gesto de su cara, la mirada y los brazos en alto pero recogidos hacia él. Su baile, aunque personal, me recordó un poco a El Grilo. Ofreció también tangos y las bulerías. Si he de poner un 'pero', sería en las innecesarias acrobacias finales, aunque imagino que fue una reacción suya ante el fervor que el público sucinero mostró ante su arte.

    A mi aire, que se estrenó con éxito el pasado mayo en el ciclo flamenco de Cajamurcia, es un espectáculo atractivo, completo y maduro, uno de los más flamencos que hoy día puede verse en una compañía de origen murciano, sin olvidar el que protagoniza nuestra Cynthia Cano.

Por Pedro Fernández Riquelme