El proyecto de una exposición monográfica sobre el yacimiento de Begastri surgió hace ya casi año y medio, cuando el director del Museo de Cehegín, Francisco Peñalver, me comunicó el hallazgo de una nueva pieza metálica en forma de pez, semejante a los dos conocidos de la cruz de Begastri, en las inmediaciones del Cabezo Roenas, de dicha localidad.

La idea inicial de exponer en primicia la novedad arqueológica, que venía a modificar cuanto suponíamos acerca de la pieza religiosa de Cehegín, se fue completando, con la posibilidad de exponerla junto con todo el conjunto de la cruz de Begastri, de propiedad privada y solo en muy escasas ocasiones expuesta al público desde su hallazgo.

Finalmente tomó forma, a instancias del consistorio ceheginero, en una gran muestra que conjugará las piezas más significativas del Museo Arqueológico de Cehegín, con las procedentes de Begastri pero expuestas desde hace décadas en el Museo Arqueológico de Murcia, y algunas otras de ubicaciones diversas pero que tenías su origen en la ciudad episcopal como los mosaicos actualmente exhibidos en el Museo Arqueológico Comarcal de Orihuela o la propia “cruz de Begastri”, en propiedad privada de la familia Sánchez de Amoraga.

De hecho, ésta va a ser la primera vez que se expongan conjuntamente todas las obras señeras de la arqueología ceheginera, la primera vez que algunas de las piezas arqueológicas más representativas (como la “Dama de Cehegín”, la “Cruz de Begastri” o el “Ara de Iupiter”) se puedan ver en público en esta localidad o de ver juntas las tres aras conocidas o los dos grandes torsos femeninos, ya que son la primera vez que se pueden ver en Murcia.

Al equipo inicial se incorporaron, los otros dos codirectores del presente proyecto de excavaciones en el yacimiento, para conformar el comisariado directivo de la exposición y del presente catálogo. La razón de ello, aparte de sus amplios conocimientos sobre el yacimiento objeto de la muestra, era la importancia de incorporar a la misma tanto las últimas novedades arqueológicas que las últimas campañas están proporcionando, sobre todo en la valorización de las fases romano imperial e ibérica del conjunto y la propuesta de un Plan Director para abordar de una forma más ambiciosa los trabajos en el futuro.

El enfoque de la exposición fue eminentemente cronológico. El propio título, “Begastri, un antes y un después” sugiere el interés por enmarcar el yacimiento no solo en el marco físico de la comarca del Noroeste murciano y del término municipal de Cehegín en concreto, sino también entre sus precedentes prehistóricos y posteriores desarrollos medievales y modernos, y replantear las diferentes fases de ocupación documentadas fehacientemente en el Cabezo Roenas: el oppidum ibérico, el municipium romano y tardorromano y la sede episcopal visigoda.

Una vez definidas las líneas expositivas fundamentales y el enfoque de trabajo, pasamos a abordar la museografía precisa para desarrollar estos puntos. En este caso, la exposición adoptó una formulación bastante original. Iba a ser diseñada como una muestra a implementarse sobre dos sedes, no simultáneas, muy diferentes. En primer lugar se instalaría en el Museo Arqueológico Municipal de Cehegín, superponiéndose directamente, sobre la exposición permanente del mismo, redefiniendo su discurso y sirviendo para la renovación gráfica y museográfica del mismo, más allá de la propia exposición temporal. Esta experiencia representaba un reto bastante inusual y arriesgado, dadas las diferencias en el lenguaje entre una exposición permanente de todo el municipio de Cehegín y una muestra monográfica del conjunto arqueológico de cabecera del mismo.

Acto seguido, y casi sin solución de continuidad, la exposición pasa al Museo Arqueológico de Murcia, como una muestra temporal más tradicional, centrada en el conjunto de Begastri y con una selección de piezas más cuidada. En este caso, podríamos aprovechar mejor la existencia de una sala específica de temporales que diseñar a nuestras necesidades y para un mayor lucimiento de las piezas. En esta segunda edición podremos incorporar otros recursos museográficos complementarios más novedosos, como audiovisuales, gamificación en torno al tema, talleres didácticos específicos, etc.

En resumen, un gran reto museístico y museográfico, una inmejorable ocasión de confrontar las mejores piezas arqueológicas de todos los tiempos de Cehegín, y la prueba palpable de cómo la colaboración de dos Museos de nuestra región, como el Arqueológico Regional y el Municipal de Cehegín, con el apoyo científico de la Universidad de Murcia y el acicate institucional de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia y del Ayuntamiento de Cehegín, permiten abordar proyectos impensables anteriormente, para el disfrute y difusión de la cultura entre todos los ciudadanos amantes de la historia y el patrimonio de nuestra Región.

Luis E. de Miquel Santed