En las campañas de excavación que se han sucedido en la Cueva-Sima de La Serreta desde los años 80' y 90' del siglo XX se han encontrado vestigios que hablan de la utilización de esta cavidad para el asentamiento humano, ya sea esporádico o permanente, desde el Neolítico hasta la actualidad.

   Prehistoria

   Se trata de uno de los períodos con más actividad en el interior de la cueva-sima, ya que a esta época pertenecen las pinturas rupestres descubiertas. En las distintas excavaciones arqueológicas se hallaron restos de cerámica decorada y sin decorar, así como una abundante producción de sílex con varios ejemplares de laminitas. Relacionados con las pinturas aparecieron grandes cantidades de pequeños fragmentos de colorante rojo, así como un molino de mineral con el que se obtendrían los pigmentos de color. Relacionado con el modo de vida neolítico se obtuvo una pieza utilizada como parte de una hoz de sílex, además de tres molinos barquiformes con sus correspondientes manos para molienda, uniendo a los habitantes de este período con la agricultura.

   Uno de los hallazgos más importantes en La Serreta es una colección de brazaletes de caliza y un ejemplar de pizarra abandonados 'in situ', a medio confeccionar, lo que denota en el lugar un taller de brazaletes con todas sus fases de elaboración. Este hallazgo resulta el más importante de España, ya que se encontraron dos terceras partes de los materiales de brazaletes de la época existentes en toda la Península Ibérica. Otros elementos de adorno personal son las pulseras realizadas sobre conchas marinas. Se ha documentado la existencia de cuentas de collar con ejemplares de hueso, concha marina y roca, incluso algunas de estas últimas demuestran la existencia de rutas de larga distancia que posibilitaron el intercambio de abalorios.

   Durante la Edad del Bronce, en el segundo milenio a.C., también parece que La Serreta sirvió como lugar de paso y descanso, ya que relacionados con la Cultura de El Argar se han encontrado en su interior una serie de objetos entre los que destacan cerámicas lisas, un cincel y un fragmento de puñal de cobre.

   Romanización

   Durante las excavaciones de 1992 se localizaron dos construcciones romanas superpuestas en el interior de la cueva-sima, eran las primeras viviendas romanas halladas dentro de una cueva en España. Se piensa que los habitantes de estas estructuras habían llegado hasta allí refugiándose de los avatares militares de la crisis del siglo III en el que la guerra civil del Imperio Romano provocaría inestabilidad social y política en la zona, permitiendo a otras culturas asolar el levante español.

   Debido a los útiles encontrados en el interior es posible que alguno de los habitantes de las casas tuviera relación con el mundo de la medicina, incluso es posible que varios fragmentos de vidrio recogidos pertenecieran a frascos del ámbito de la farmacopea. Entre los objetos recuperados de época romana se encuentran una sonda con cucharilla, un osculatorio y un colador, así como dos pendientes de oro usados en lo que debió ser un ritual de purificación antes de comenzar con la edificación de la primera casa. Se hallaron también en el interior de La Serreta lucernas adornadas con flores y racimos de uva en relieve, incluso una de ellas con una escena erótica.

   Las viviendas pertenecen a dos fases de ocupación romana, una entre los años 240 y 250 d.C., y la segunda posterior, abarcando los años 310 al 320 d.C. La estructura de la primera vivienda es muy sencilla, ocupando solamente una habitación, en cambio la segunda dividió esta estancia en dos, ampliando una de ellas, y reforzando las paredes del zócalo. Los muros de las dos casas estarían levantados en adobe sobre zócalos de piedra, unida con mampostería, aunque el lienzo en el que se encontraba la entrada era completamente de piedra por ser el más cercano a la boca de la cueva hacia el cañón y proteger a sus moradores de las inclemencias del tiempo. El pavimento del suelo interior aparece formado por rocas planas de caliza extraídas de una cantera cercana a la cueva y el tejado de las viviendas sería de tejas, ya que se han encontrado restos de ellas. La zona de la cueva, que quedaría tras las viviendas, sería ocupada como establo y resguardo de animales. Este uso ha llegado hasta el siglo XX, por lo que entre los lugareños esta cueva era conocida como la Cueva del Ganao.

   Edad Media Islámica

   La Cueva-Sima de La Serreta continuó utilizándose como aprisco de ganado en época islámica, entre los siglos VIII y XIII, abandonando en su interior objetos cerámicos como jarritas, marmitas o cazuelas. Durante los primeros años del siglo XXI la cueva-sima ha vuelto a contener el espíritu de los milenios que han pasado por su interior. El Ayuntamiento de Cieza y la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia han hecho un gran esfuerzo acondicionando La Serreta mediante escaleras, pasarelas y miradores, para que toda persona interesada en conocer el pasado de Cieza pueda acercarse cómodamente y descubrirlo en ella.