Recreación de un enterramiento argárico en cista [La Bastida de Totana]
Recreación de un enterramiento argárico en cista
Enterramientos en urna y cista de La Bastida [La Bastida de Totana]
Enterramientos en urna y cista de La Bastida
Región de Murcia Digital


  Uno de los rasgos que identifica de forma más significativa a la cultura argárica es el ritual funerario. El cambio en el mundo funerario argárico fue radical, ya que se pasó de los enterramientos colectivos calcolíticos a las inhumaciones individuales con diferencias en el rango social, identificadas gracias a los ajuares funerarios. Otra de las características a destacar dentro del cambio en el ritual funerario es la ausencia de necrópolis, puesto que se utilizaban distintas calles del poblado y el interior de las casas para realizar las inhumaciones. En la zona arqueológica de La Bastida de Totana se han hallado cerca de 140 tumbas, de las que más de cien son enterramientos en urna y en cista. Estas inhumaciones corresponden a enterramientos individuales, aunque se han encontrado triples y dobles, casi siempre con vínculos genéticos o familiares entre los cuerpos encontrados.

  Los ajuares funerarios

  Otra particularidad dentro del mundo funerario argárico era la presencia de ajuares en estos enterramientos, útiles y diversos elementos que se introducían en la tumba o se dejaban en su entorno a modo de ritual. Los distintos ajuares funerarios encontrados en yacimientos han permitido llegar a la conclusión de que existían diversos estratos sociales entre los habitantes de la cultura de El Argar, ya que parece existir una correspondencia entre la riqueza de los materiales hallados en el interior de ciertos enterramientos y el nivel jerárquico que ocuparía el difunto en vida. Pero la importancia social basada en los enterramientos queda patente en el ajuar funerario e, incluso, en el grado de complejidad alcanzado en la construcción de la tumba. Otros restos encontrados en sepulturas argáricas muestran extremidades de ovicápridos, introducidas con posterioridad al enterramiento, lo que lleva a pensar en un posible ritual de recordatorio del difunto.

  Las disparidades entre los ajuares masculinos y femeninos son un reflejo de las diferencias que separaban socialmente a hombres y mujeres en el seno de la cultura argárica. Los ajuares de los varones solían presentar mayor riqueza en objetos de metal, armas y cerámica, dejando para las mujeres objetos con menor valor simbólico.
-Varones: Estos ajuares suelen contener puñales de una tipología variada, hachas y espadas o alabardas, recipientes cerámicos en los que predominan las formas carenadas, así como las copas.
-Mujeres: Los ajuares femeninos suelen contener punzones de diversos materiales, cuchillos excepcionalmente y recipientes de cerámica con forma de cuenco u olla.
-Enterramientos infantiles: Los enterramientos infantiles casi siempre son en urna y podían disponer de ajuar funerario. A través de las piezas halladas en los ajuares infantiles se ha valorado la importancia de la herencia en el mundo argárico, ya que algunos enterramientos infantiles contaban con elementos que por su corta edad no habían podido conseguir por méritos propios. En La Bastida un enterramiento infantil contenía un brazalete, un pendiente de plata y un pendiente de cobre, lo que parece aseverar en esta teoría.

  Significación del entierro en el interior de las casas

  Los enterramientos en el interior de las casas parecen establecer una relación entre el difunto y la vivienda bajo la que han sido inhumados, creando vínculos entre la persona enterrada y el grupo, presentando la consideración por los antepasados o incluso manteniendo los linajes de las familias y las herencias dentro de las propias casas. Esto se vio reforzado por el nuevo modelo familiar argárico en contraposición a los ejemplos calcolíticos previos de relaciones gentilicias. Es posible que el rito de enterramiento en el interior de la vivienda simbolizara el grado social que algunos vivos mostraban con orgullo, así como la relación de poder, sobre todo cuando las familias formaban parte de la clase dominante y se transmitían por herencia sus categorías social y económica.