No faltan entre los objetos colocados en las fosas, junto al resto del ajuar funerario del difunto, normalmente varón, una serie de útiles y herramientas relacionados, sin duda, con el oficio que dicho personaje debió desempeñar en el poblado. No obstante llama la atención el reducido número de instrumental relacionado con la actividad económica diaria si lo comparamos, por ejemplo, con el armamento aparecido en la necrópolis del Cigarralejo.

   Como característica común a todos ellos apuntar su realización en hierro, el carácter funcional y la gran especialización que alcanzan, lo que ocasionó que este tipo de herramientas permanezcan  invariables en nuestra Península a lo largo de milenios. Básicamente contamos con un instrumental agrícola y con otro relacionado con la ganadería y el curtido de pieles.

   Agricultura

   El instrumental agrícola revela la puesta en valor del secano y la existencia de una producción dominada básicamente por los cereales. En la necrópolis del Cigarralejo destaca la sepultura nº 209 denominada 'del agricultor' por los aperos de labranza que contiene, entre ellos una hoz. Es de forma curvada, a la que falta el mango, utilizada para segar el cereal, como el trigo y la cebada; su gran formato es muy semejante al de las actuales. Hay también podaderas, fabricadas en una sola pieza, de hoja pesada cuya función es segar o cortar mediante golpes, rascando o incidiendo sobre hierbas o tallos de cereal u otras fibras vegetales, derivada de la hoz. También se han documentado rejas de arado.

   Ganadería

   Respecto a los útiles de ganadero, contamos con tijeras de esquilar. Las tijeras son de hojas simétricas, casi triangulares, hechas en una sola pieza, herramienta de uso profesional, generalizada en áreas pecuarias de ganado lanar por el Mediterráneo en época helenística. Su uso queda facilitado porque el esquilador cierra y las tijeras vuelven a abrir solas, facilitando la labor. El valor de la lana es de sobra conocido y la presencia de fusayolas pone de manifiesto la intensa labor de hilado, adscrita a la mujer ibérica.

   Contamos, además, con chiflas para curtir pieles, de hoja acerada con hierro de forja, batido y templado al carbono para conseguir un filo resistente. Eran utilizadas para la descarnación y rascado de pieles en el proceso del curtido. Estas tareas se realizan para la confección de forros de escudo, correas, atalajes, calzado, cascos de guerra, odres y pieles de lujo. Junto a todos estos materiales también suelen aparecer pequeños cuchillos curvados, punzones de hierro y otros objetos de uso incierto.

   Pesos y medidas

   No faltan, aunque elaboradas en bronce, pesas aisladas en distintas tumbas. Destaca un juego completo de ponderales procedente de la tumba 200, lo que nos introduce en el complejo tema del sistema de pesos y medidas utilizado por los íberos, posiblemente adoptado por los indígenas a raíz de sus contactos comerciales-coloniales con griegos a lo largo del s. IV a. C.