Osteología de El Cigarralejo
El análisis de los restos óseos
La poca cantidad, unida a la fragmentación de los restos óseos que resulta de la cremación del cadáver, dificulta enormemente el estudio osteológico, puesto que muchos huesos se destruyen, se endurecen, otros se deforman, cuartean y fracturan y siempre pierden volumen, en un porcentaje que puede oscilar entre el 12 y el 25%. No obstante, estos estudios son fundamentales para el conocimiento, aunque en contadas ocasiones, del sexo, edad, características físicas y número de individuos enterrados en cada fosa. La cantidad de esquirlas es variable en las tumbas de Cigarralejo, lo que puede guardar relación con la magnitud de la pira de leña en donde se quemó el cadáver, relacionado íntimamente con su categoría social y la meticulosidad a la hora de recoger los restos y depositarlos en la urna, o bien, directamente en la fosa.
El método de trabajo parte de los principios generales de la Anatomía, la Medicina Legal, la Antropología Física y, en menor medida, la Paleopatología, disciplina que en nuestro caso tiene un campo de aplicación muy limitado, ya que en el esqueleto sólo quedan las huellas de las enfermedades que le afectan directamente. Aplicando las técnicas analíticas y radiológicas pertinentes a huesos como: los de la cabeza ¿calota y macizo facial-, piezas dentales, huesos del tórax, de la columna vertebral y los huesos de las extremidades, se han encontrado los siguientes casos, de entre los 192 individuos analizados de entre las 547 tumbas del Cigarralejo:
Resultado de los análisis
-10 tumbas femeninas con restos de un lactante menor de un año inhumado, ya que de haber sido cremado posiblemente no hubiese quedado ningún vestigio.
-13 tumbas con restos de un adulto o adolescente, hembra o varón y un niño/a cremados.
-10 tumbas con restos de dos adolescentes, o dos adultos, o adolescente con adulto. Quizás los enterraron juntos por razones de parentesco o de matrimonio.
-1 sepultura triple, la nº 534, hecho que podría relacionarse con muertes violentas o epidémicas.
-En una de las piezas se pudo identificar la huella de una herida causada por la punta de una falcata o de una lanza.
-Se ha podido constatar que el ritual de la cremación se practica a partir del primer año de vida.
-Si tenemos en cuenta el largo periodo de uso de la necrópolis y la escasa incidencia anual que el número de enterrados registra, lleva a los investigadores a suponer que únicamente gozaron de este ritual de enterramiento la élite y no el total de la población que habitó en el poblado de El Cigarralejo.