El esplendor minero en La Unión durante el siglo XIX conllevó una transformación espacial, así como un proceso demográfico singular dentro del contexto regional y nacional. Se trata de la implantación de una población nueva que, partiendo de un campamento minero, llegó a convertirse en pocas décadas en la cuarta ciudad en número de habitantes de la Región de Murcia, tan sólo superada por Murcia, Cartagena y Lorca.

  Casi la totalidad de esta población provenía de la inmigración, principalmente de Andalucía Oriental (especialmente Almería) y de la propia Región. La posibilidad de encontrar un trabajo bien remunerado hizo que un número ingente de personas trasladasen su lugar de residencia hasta la Nueva California, nombre con el que era conocida la Sierra Minera y que hacía referencia a la fiebre del oro que algunos años antes había conmocionado el Este americano.

  Durante los primeros años de 'boom' minero las labores extractivas y de lavado en las minas, unido a la falta de mano de obra, provocaron que muchos mineros hicieran fortuna, pudiendo algunos incluso trabajar sus propias explotaciones. No obstante, tras la llegada masiva de inmigrantes, las condiciones laborales decayeron, pasando una ingente cantidad de población a vivir en el umbral de la miseria.

  A estas condiciones sociales se unieron diferentes factores de atraso en la propia localidad, ya que la ciudad no se encontraba preparada para acoger a una población en constante crecimiento. Durante la década de los 60', tras la creación del municipio, la cifra de personas empadronadas alcanza los 1.250 habitantes. Una década más tarde este número ascendería hasta los 22.122, y así progresivamente: 29.594 en 1897 y 30.249 en 1910 (aunque algunos especialistas piensan que en este último año la cifra llegaría hasta rondar los 35.000 habitantes).

  Sin embargo, la inestabilidad en el sector minero hizo que desde la primera década del siglo XX hasta los años 30' la población del municipio cayera hasta los 11.715 habitantes, en lo que ha sido una de las mayores sangrías demográficas del siglo XX en la Región de Murcia. Los principales núcleos afectados fueron La Unión, que pasó de 17.256 habitantes a 7.881, así como los caseríos mineros que de 5.282 personas pasarían a 1.759.

  Muchos de estos trabajadores y sus familias se vieron obligados a emigrar hacia otras tierras en busca de sustento. Así, pequeños núcleos mineros andaluces y valencianos o grandes ciudades como Madrid o Barcelona acogieron a esta población sin recursos. Un ejemplo de esta despoblación es el comentario que ciertos periodistas hicieron en 1931: "…en plena calle Alcalá Zamora, la vía de más tránsito de la población, hemos permanecido parados en actitud observadora y con el reloj en la mano, habiendo transcurrido 12 minutos sin pasar ninguna persona". El municipio ya no volvería a recuperarse de esta pérdida de población, incluso con el nuevo auge minero de la segunda mitad del siglo XX, la llegada de la empresa Peñarroya y la minería a cielo abierto. En la actualidad La Unión cuenta con una población que supera los 17.000 habitantes según el padrón del INE de 2008.