Algunas de las condecoraciones de Pérez Piñero [Calasparra_Museos_Fundación]
Algunas de las condecoraciones de Pérez Piñero

Emilio Pérez Piñero. Valencia, 27 de agosto de 1935 - Torreblanca (Castellón), 8 de julio de 1972.

Un valenciano que llevó el nombre de Calasparra por todo el mundo

Hijo de padres calasparreños, Emilio Pérez Piñero nació el 27 de agosto del año 1935 en Valencia, al estar su padre, ingeniero militar, destinado en esta Región. Sin embargo, muy pronto  se traslada junto a su madre a Calasparra donde Pérez Piñero pasó sus años de infancia y adolescencia. La figura de su padre, de la que estuvo apartado hasta la edad de ocho años, sería la pieza fundamental en los primeros años de formación del futuro arquitecto.

Años más tarde, Emilio Pérez Piñero ingresó en el Instituto de Bachillerato de la cercana ciudad de Caravaca. Durante este periodo de su vida desarrolló una asombrosa destreza manual y una lúcida visión espacial que ya había manifestado cuando, siendo niño, se construía sus propios juguetes. Todo ello le sería de gran ayuda a la hora de desarrollar sus investigaciones sobre estructuras espaciales.

Una vez acabados los estudios de Bachillerato, y habiendo obtenido el premio extraordinario en el Examen de Estado, pretendió hacerse marino mercante. Finalmente se inclinó por la posibilidad de cursar estudios de Bellas Artes, aprovechando su gusto y facilidad para el dibujo y la pintura. Su padre le convenció de que había otras profesiones en las que podía desarrollar las habilidades artísticas que poseía, y Emilio decidió comenzar los estudios de Arquitectura.

La arquitectura dio salida a su imaginación

De esta manera, Emilio Pérez Piñero marchó a Madrid, donde ingresó en 1957 en la Escuela Superior Técnica de Arquitectura.

No sería hasta cuatro años después cuando el joven Pérez Piñero mostrase sus habilidades en el VI Congreso de la Unión Internacional de Arquitectos celebrado en Londres. Allí los alumnos debían presentar un proyecto de 'Teatro Ambulante'. Mientras estudiaba el proyecto, Emilio llegó a la conclusión de que la clave del Teatro Ambulante era fijar los elementos estructurales de montaje y desmontaje rápido y económico.

Su solución fue novedosa y se basaba en una estructura que no hubiera que descomponer en piezas para su transporte, resolviendo el problema geométrico de articulación de barras de forma que todas giraran y se adaptaran sin obstaculizar unas a otras.

Mediante la construcción de maquetas, llegó a diseñar una estructura reticular que podía plegarse y desplegarse. El público y los especialistas se fijaron en su estructura y cuando el día 8 de julio de 1961 el Duque de Edimburgo visitó la Exposición le pidió que le explicase el funcionamiento de su teatro.

Al finalizar el Congreso los miembros del jurado, entre los que se encontraban personalidades del mundo de la arquitectura tan importantes como Félix Candela o Fuller, incluyeron la estructura plegable de Emilio como una aportación técnica de primer orden y notable por su sencillez, utilización y posibilidad de realización inmediata. En definitiva, su proyecto fue el mejor.

El regreso del triunfador de Londres

A su vuelta a Madrid, tras el éxito conseguido en Londres, Emilio recibió diversas ofertas de trabajo y su obra comenzó a ser difundida por los medios de comunicación social, así como por revistas especializadas. No obstante, se centró en acabar su carrera de Arquitectura, cosa que ocurrió en 1962.

Al año siguiente ya era profesor en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid y corresponsal en España de la Revista D Student Architet. Al mismo tiempo continuaba realizando exposiciones y dictando conferencias, sin olvidar su permanente labor investigadora.

Emilio Pérez Piñero viajaba sin descanso dando a conocer sus inventos, pero siempre estuvo muy unido a su pueblo, a Calasparra, y allí instaló su propio taller donde trabajaba en solitario, construyéndose sus propias herramientas y aprovechando materiales de desecho para la construcción de maquetas a diferentes escalas.

Su obra toma forma

La primera obra real que construyó Emilio Pérez Piñero surgió en el mes de enero del año 1964 con la convocatoria de un concurso para el "Pabellón Transportable de la Exposición conmemorativa de los XXV Años de Paz".

Este Pabellón fue instalado en la explanada que existía frente a los edificios de los Nuevos Ministerios en Madrid, y consistía en una estructura reticular desplegable plana con nudo de cuatro barras que causó sensación entre todos los visitantes.

En el año 1966 recibió el encargo del Ministerio de Información y Turismo de realizar un teatro transportable destinado a Festivales de España. Se trataba de construir un recinto capaz de albergar a 1.800 espectadores y que tuviese todos los elementos necesarios para poder efectuar representaciones y, al mismo tiempo, que fuese desmontable y transportable fácilmente.

Emilio optó por una solución de dos cúpulas reticulares macladas que construyó en Calasparra, adiestrando a una serie de artesanos locales a los que enseñó la construcción y el montaje de las piezas que componían la estructura.

En ese mismo año pensó construir una cúpula desmontable destinada a realizar proyecciones por el sistema de cinerama que en esos momentos estaba de moda. Para ello se basó en modelos y estudios anteriores a los que unió el diseño del sistema de montaje y desmontaje, así como el de las herramientas y maquinarias necesarias para el mismo.

El proyecto para cinerama consistía en una cúpula semiesférica cuyo sistema constructivo era a base de discos de forma hexagonal que se conectaban directamente. Todo este cinerama se construyó también en el taller de Calasparra y una vez terminada, en el año 1967, recorrió muchas ciudades españolas.

El despegue creador del genio

El año 1969 fue, sin duda, un año de plena actividad profesional del joven arquitecto calasparreño. Junto con todos los proyectos diseñados para el mercado americano, andaba Pérez Piñero ideando la cúpula que serviría para cubrir el Museo de Salvador Dalí en Figueras.

Además de la cúpula, el joven arquitecto diseñó una maqueta para sustentar una vidriera que pintaría el propio Dalí y que cerraría la entrada que separaba el patio de butacas del espacio escénico del antiguo Teatro Municipal de Figueras. Dalí presentó la obra del arquitecto calasparreño en París y enseñaba la maqueta de la vidriera a todo el que iba a visitarle.

En el mes de enero de 1972, Emilio presentó el proyecto concreto para construir la cúpula del Museo Dalí. En ése mismo año fueron reconocidas internacionalmente las geniales invenciones del arquitecto calasparreño puesto que se le concedió el Premio Internacional de Arquitectura "Augusto Parret", máximo galardón que puede alcanzar la obra de un arquitecto.

La trágica desaparición de un joven creador de sueños

El año 1972 abría un camino lleno de proyectos y futuro para Emilio Pérez Piñero, pero el destino quiso el 8 de julio de 1972 sufriese un trágico accidente de tráfico que acabó con su vida, cuando volvía a Calasparra desde Figueras para continuar los trabajos de construcción de la cúpula.

La cúpula del Museo de Salvador Dalí en Figueras fue acabada por su hermano José María Pérez Piñero, ingeniero y eficaz calculista que había trabajado con Emilio en sus proyectos.