Hoja del Lunes

En el año 1950 la Hoja del Lunes experimentó una serie de cambios en el diseño y en los contenidos. La información local adquirió un mayor protagonismo y pasó a llamarse ''La vida en la ciudad''. El aumento del espacio permitió la aparición de pequeñas secciones fijas como ''Señor alcalde mayor'', un apartado en el que Carlos García- Izquierdo contaba en primera persona los aspectos más relevantes de la actualidad local, ''¡Música Maestro!'' de Carlos Valcárcel, ''Por las calles viejas de la ciudad'' de Nicolás Ortega, ''La semana que empieza'' de José Frutos, ''10 minutos con'' de José Antonio Ganga...etc. Otra modificación importante afectó al diseño ya que a partir del mes de enero el título de la sección pasó a estar acompañado del dibujo de una estampa típica de Murcia en la que se distinguía la catedral y el río. Un mes más tarde se añadió el escudo de la ciudad.

Nuevo director

En diciembre de 1951, Nicolás Ortega Lorca fue nombrado director de la Hoja del Lunes en lugar de Isidoro Martín, quien había marchado a Madrid para dedicarse exclusivamente a la enseñanza. El nuevo director no realizó cambios significativos  hasta el 6 de septiembre de 1954, día en el que, coincidiendo con el inicio de la temporada de fútbol y con la Feria de Murcia, el periódico aumentó su número de páginas de cuatro a seis y fijó su precio en una peseta. La ampliación se sustentó en tres vertientes: un incremento importante del número de contenidos gráficos, una mayor presencia de la información deportiva mediante la inserción de clasificaciones y de extensas crónicas de partidos de fútbol regional y el crecimiento de los contenidos estáticos.

Durante la década de 1950 se incorporaron a la redacción de la Hoja del Lunes periodistas como Ismael Galiana, Antonio Ruiz Gómez "Ruango", Antonio Montesinos y la primera mujer que escribió con regularidad en el semanario, Florencia M. Ortiz. Asimismo, aparecieron pequeñas secciones como ''El santo de la semana'' de Juan Hernández Fernández, ''Letras y revista" de Francisco Alemán Sainz y ''Critiquemos'' de Carlos Valcárcel. La información deportiva enriqueció sus contenidos con la inclusión de entrevistas y dos nuevas secciones: ''El rincón del hincha'' en la que se le otorgaba protagonismo a los aficionados y ''Chispazos'', noticias breves contadas con humor.

A finales de esta década creció considerablemente el volumen de la publicidad, lo que conllevó que, a partir del 7 de septiembre de 1958, (también coincidiendo con el comienzo de la temporada futbolística y con la Feria de Murcia) el periódico ampliara su número de páginas a ocho en invierno y seis en verano.

Años 60

El 11 de junio de 1962 apareció por primera vez la fotografía de un redactor de la Hoja del Lunes junto a su firma. Se trataba de una imagen de ''Ruango'' que acompañaba a la crónica deportiva realizada por este redactor. Meses más tarde esta fotografía sería sustituida por una caricatura.

En octubre de 1962 el número de páginas se amplió a diez. Sin embargo, este incremento no afectó a la información deportiva que continuó ocupando tres páginas; en cambio se potenciaron los contenidos estáticos que adquirieron identidad propia en un bloque llamado ''De la Murcia que se fue a la Murcia que viene'' que incluía las secciones ''Por las calles de la ciudad'', un trabajo iniciado por Nicolás Ortega Pagán y finalizado por su hijo, Nicolás Ortega Lorca y ''Murcia en los comienzos de siglo'', un apartado en el que, a modo de efemérides, se recordaban acontecimientos ocurridos 51 años antes.  

Aumento de precio

El 18 de febrero de 1963 el periódico aumentó su precio a dos pesetas por la subida del coste de las materias primas y las mejoras laborales que se introdujeron en la redacción. En esta época se mejoró el aspecto de la información deportiva gracias a la inclusión de fichas técnicas y al agrupamiento ordenado de las clasificaciones. El 10 de julio de 1967 el semanario ya costaba tres pesetas. Curiosamente, la edición de este día apareció con sólo ocho páginas porque se produjo un apagón en los talleres de La Verdad que tardó más de dos horas en ser solucionado.

El 11 de diciembre del citado año la Hoja del Lunes se imprimió por primera vez en los nuevos talleres de La Verdad, situados en la Avenida Ibáñez Martín, 15 (actual Ronda de Levante) que acogerían al semanario durante más de dos décadas. La mejora en la calidad de la publicación no se hizo esperar, pues a comienzos de 1968 presentaba una información mejor estructurada gracias al aumento de elementos periodísticos como filetes, corondeles, recuadros y sumarios. En esta década el periódico contó con la incorporación de nuevos redactores y colaboradores como Fulgencio Saura Mira y Ramón Pujante.