Situada en la calle Mayor, posee la fachada más hermosa y original de la arquitectura murciana del siglo XX. Se trata de la casa Llagostera, obra modernista de Victor Beltrí y con la originalidad de su fachada de cerámica de la que es autor Gaspar Polo, denominada así por la familia catalán que la habitó, los Llagostera.

Este edificio fue finalizado o iniciado en 1916, fecha que aparece junto a la firma del ceramista en el borde interior del recuadro de Mercurio. Según Pérez Rojas, diremos que la fachada se basa en el esquema tipológico de la casa burguesa cartagenera, de balcones centrales y miradores laterales. La fachada ofrece coloridas composiciones de azulejos. Las dos primeras plantas reproducen a Mercurio y Minerva con sus consiguientes atributos que los convierten en alegorías del Comercio. A los lados de las figuras, los escudos de Barcelona y Murcia, Manlleu y Cartagena, en hermandad regionalista. En el último piso, la decoración cerámica se concentra en la cornisa curva con lo cual se hace más visible desde la calle. Estas cerámicas reproducen flores, cintas y guirnaldas, con unos diseños aún emparentados a la secesión vienesa.

La predilección del arquitecto Beltrí por las decoraciones cerámicas ya la demostró con esa otra bella obra suya que es el Palacio Aguirre. La Casa Llagostera introduce en el espectáculo urbano con sus dioses, un olimpo de narración infantil que hace de ella un ejemplo de arquitectura de la tiendressa, tal y como Benet denominó la refinada Casa de J.F. Rafois, en Vilanova i la Geltrú.

Fuente: MONERRI MURCIA, J. El Patrimonio de Cartagena y sus gentes. Cartagena: Ayuntamiento de Cartagena, D.L. 2000.