Sin duda podemos hablar de una historia de la literatura murciana que comenzaría ya en época medieval. Por el momento no hay ejemplos ni referencias sobre literatos de épocas anteriores y no vamos a contemplar los restos epigráficos de tipo arqueológico como literatura.

Dentro de las centurias medievales podemos retrotraernos hasta la época visigótica para conocer a los primeros escritores nacidos en nuestra tierra, los conocidos siempre de manera más popular como los cuatro santos cartageneros, los hermanos San Leandro, San Fulgencio, Santa Florentina y San Isidoro, todos ellos con trabajos literarios a sus espaldas si bien San Isidoro de Sevilla es el más recordado en la historia de la literatura española.  Isidoro de Sevilla abordaría la teología, la apologética, la liturgia, la historia; su Historia de los Godos sigue siendo manual de estudio y, dentro de ella, su Laus Hispanie es uno de los textos más recordados de la literatura latina de esta época.

De esta referencia histórica y cristiana, ejemplo de escritores murcianos que desarrollaron su obra fuera de la región, pasaríamos a contemplar la literatura medieval árabe en Murcia. Ya sabemos que desde el 713 nuestro territorio fue progresivamente colonizado y dominado por una cultura musulmana que, lógicamente, desplazó la lengua latina y fue imponiendo el árabe. Se abrió por tanto un período cultural que duraría hasta el siglo XIII y que dejaría evidentes muestras literarias, algunas de ellas de renombre internacional.

A pesar de la falta de obras o extractos son numerosos los nombres de escritores árabes de nuestro territorio, algunos de ellos muy destacados y homenajeados; sus obras abarcan tanto la poesía y la teología como la geografía y la gramática. Conocemos por ejemplo los nombres de escritores de Lorca en el siglo X, Jalaf Ibn Hixem, Mohamed Ibn Samauydin, Hafs Ibn Hafs, Malic Abul-Kassim, Ahmed Abul-Abbas o Mohamed Al-Tamimi. En la ciudad Murcia podemos mencionar a Mohamed Ibn Tahir, Mohamed Ibn as-Salam, el poeta Abulkasim Ahmed Ibn al-Fadal o el gramático Abulwalad Mohamed Ibn Miquel.

Sin duda el nombre más destacado ya en el siglo XI es el de Abulhasán Alí Ibn Sida, nacido en la ciudad de Murcia. Se trata de una de las figuras más estudiadas de la literatura árabe, autor de dos obras monumentales: Kitab al mujassas, diccionarios de ideas del ámbito del occidente musulmán, útil para los creadores literarios y su otra gran obra Al-Muhkam, un diccionario alfabético. Además de sus trabajos de lexicografía, imprescindibles en el estudio de la lengua árabe, Ibn Sida al Mursi escribió poesía y nos dejó algunas notas autobiográficas.

También del XI encontramos dos poetas importantes: Abu Mohamed Ibn-Wahbún, que moriría tras un asalto durante un viaje de soldados  castellanos de Aledo y el lorquino Abul Hasan Ibn al-Havy al-Lurquí.  En una primera etapa del siglo XII podemos mencionar a Abu Saffar Ahmed Ibn Waddah, conocido como al-Buqayra, del que se conservan algunos versos.

Durante el célebre y amplio mandato de Ibn Mardanix, el Rey Lobo (1147-1172), se han llegado a contabilizar más de 50 escritores árabes murcianos. Sin duda un momento prolífico para las letras murcianas árabes que se ocuparon de la filosofía, teología, derecho, tradición o poesía.  En la última etapa del siglo XII, que coincide con la dominación almohade, se dan también valiosos ejemplos como el del poeta Abubeker Yahya Ibn Abd-al-Yatil, renombrado en occidente.

Es sin duda Abubahr Safuan Ibn Idris, nacido en Murcia en 1165, una de las figuras más reconocidas, pese a morir joven, a los 38 años. Sus poesías de amor platónico o udris son su trabajo más publicado y analizado.

Si hay una figura estudiada y relevante de la literatura de los siglos XII y XIII es la de Muhyddín Ibn Arabí, cuya estancia en Murcia fue breve pues su cultivo del misticismo religioso y la predicación sufí le hizo viajar por todo el Al Andalus y el Oriente Próximo. Su entierro en una mezquita de Damasco por orden de Selim I nos da una idea de su fama ya en vida. Su obra está dispersa por todo el mundo en unos novecientos volúmenes y sigue estudiándose su influencia en escritores de nuestra península y de otros países.

Este último siglo de literatura árabe en Murcia está marcado claramente por los acontecimientos históricos. Las coronas cristianas han ganado terreno y todo lo que resta es extender la religión cristiana con conversiones forzosas y eliminar poco a poco la tradición cultural árabe, que va quedando arrinconada progresivamente por el nuevo ánimo colonizador.

El siglo XIII nos deja otros nombres de murcianos árabes que partieron pronto al destierro o se autoexiliaron como Abumohamed Ibn Sabin, de Ricote, filósofo y místico. También de Ricote es el multidisciplinar y médico Mohamed Ibn Abubeker al Ricotí, a quien Alfonso X ofreció quedar en Murcia si aceptaba su conversión, aunque finalmente optara por marchar y trasladar su escuela a Granada. Por último podemos nombrar a Hazim al-Qartayaní, que moriría en Tunez en 1215 después de crear una muy admirada obra literaria que no olvidaría su estancia en el territorio murciano “donde las innumerables norias giran / como adargas movidas en la batalla por los / guerreros enlorigados/ que son las acequias rizadas por el viento”