Alfonso Sánchez Martínez con Buster Keaton
Alfonso Sánchez Martínez con Buster Keaton
Alfonso Sánchez Martínez con Luis Buñuel
Alfonso Sánchez Martínez con Luis Buñuel

   Pero la guerra termina y comienzan las novedades para él. Alfonso ya tiene 25 años. Se trasladan todos de nuevo a Madrid, a su casa del Dr. Cortezo. La madre se reintegra a su plaza en lo que entonces ya era Ministerio de Educación Nacional.

   Reinicia los trabajos de escritor y periodista “autónomo”, digamos, formando parte de la plantilla del diario El Alcázar como crítico de cine. Allí instauró, como trabajo suyo personal, una columna titulada “La Gran Vía se ríe”, que firmaba como ITO, pues Alfonsito era como le llamaban sus amigos del grupo aquel que López Rubio denominó “La otra generación del 27”: Mihura, Poncela, Tono, Herreros (padre) etc.; todos eran 8 ó 10 años mayores que él.

   Como antes de la guerra e inmediatamente después ya había entrado en el mundo de la crítica cinematográfica, al lado de Buñuel entre otros, enseguida trabajó de lleno colaborando como crítico en las revistas especializadas Primer Plano y Cámara.

   Ojo a este detalle: con la posibilidad que entonces tenía de apoyarse en su condición de soldado victorioso, sin embargo rompe con su buenas expectativas de un trabajo fijo funcionarial en cuanto abogado (Letrado de las Cortes) y dirige su vivir hacia la vida en, por y para el periodismo, tanto como columnista de diarios, como el cinematográfico, en prensa, radio y luego televisión.

   Los dos pasos más importantes de su existir como periodista, y pronto maestro de periodistas y escritores, se produjeron en los años 1951 y 1954, reconocidos por él mismo. El 5 de Noviembre de 1954 puede tomarse como una fecha clave de esa extraña Historia que la del Periodismo es ..., y sobre todo la del Columnismo. En el diario Informaciones crea uno de los monumentos de la cotidiana COLUMNA, a la que da el nombre de  “Mi columna”. Esta primera “Mi columna” lleva por titulo “Noche de estreno a favor”, con una fotografía de la que sería buena amiga suya, Conchita Montés, futura colaboradora después, y también al alimón con él, en “La Codorniz”. Esta columna la repartiría también con el diario ABC (ver párrafos más abajo), donde, de hecho, escribiría su última entrega a modo de crítica cinematográfica (mezcla de géneros o contenidos que siguió a todo lo largo de su columnismo): “Un arranque moderado en Cannes”.

   En 1954 comienza su sección de comentarios cinematográficos en la Hoja del Lunes de la Asociación de la Prensa de Madrid, comentarios de un valor crítico, informativo y hasta educativo excepcionales, reconocido así por los grandes del cine español que en esa época aún eran “muchachos”, como lo dejó dicho Garci en su precioso documental “”Alfonso Sánchez”; Garci se ocupó del Alfonso cuando ya estaba éste en su plenitud como maestro escritor periodista y escritor cinematográfico.

   Es con estos dos periódicos, Informaciones y la Hoja del Lunes de Madrid, con los que comienzan sus notables y transcendentales corresponsalías de cine en los festivales de cine de San Sebastián, Cannes, Venecia y Berlín, como citas fijas. Luego sería Valladolid. No tardaría mucho, allá por los 65-70, en comenzar esta corresponsalía fija para TVE también.

   El 16 de Abril de 1981, ya “herido de muerte” por su cáncer de pulmón,  escribió su última colaboración en ABC (y en prensa) que fue una crónica desde uno de esos festivales titulada “Un arranque moderado en Cannes”.

   Y, dentro de su trabajo para el cine, además de sus libros (ver bibliografía), no hay que olvidar su colaboración en Televisión Española, que tuvo dos etapas. La primera se inicia en 1960, en el Paseo de la Habana, y llega hasta mayo del 75. Su trabajo consistía en presentar las películas que se pasaban por la pequeña pantalla. Pronto formará parte también de un programa en la Segunda Cadena, que llevaba por nombre “Revista de Cine”, creado por Alfonso Eduardo Pérez Orozco, y en él permaneció hasta que su salud se lo permitió. Su trabajo en el programa, del que llegó a ser Redactor Jefe, era cumplir con su función de siempre: crítica y comentario. De este trabajo nació su colaboración en la revista Tele-Radio, también en funciones tanto de crítico de películas, como de comentador. Esta dedicación a TVE le daría fama en toda España.

   Murió en Madrid el día 8 de Septiembre de 1981, a los 70 años de edad.