Luz y color
Adormecidos como venimos al mundo, con la mision de despertar para ver y comprender, la vida se irá ocupando de marcarnos el camino, si estamos listos para comprender las señales. Cada ser debe buscar su ruta y andar acompañado pero a la vez en solitario, en una extraña dicotomía que a voces se hace agridulce. Si los golpes del dia a día nos hace pararnos a pensar.
Francisca Pagán ya ha vislumbrado el amanecer de su vida y presurosa se ha puesto manos a la obra,sin perder el tiempo ,evolucionando de su estación en estación , sin concederse treguas o desmayos, ávida por aprender, sentir y expresar. Su mente parece conectar con el pensamiento creador, intuyendo haces de luz que la atraen y , lo que es mas importante , eligiendo formas de expresión útiles para comunicar lo que ve y percibe. Cabalga, así , entre dos mundos y dos percepciones en armonía controlada que hacen de ella un ser atrayente y grato a quienes la conocen. De este amor saca su fuerza interior que la ha de llevar a cotas bien altas ,especialmente por lo que a la pintura se refiere, su camino.