NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO

La imagen de la Patrona de la Unión, la Virgen del Rosario, fue realizada en 1946, por encargo del entonces párroco de esa ciudad, D. José Lozano, ciezano también como Carrillo.

Es una preciosa talla en madera, pequeña, sin perder la naturalidad y de rostro moreno, como atezado por el sol de la población minera a la que iba destinada.
Destaca en ella la ternura de su tímida mirada de joven madre, que muestra a su hijo, lozano y regordete, invitando a los hombres a seguirle ayudados del rezo del rosario que sostiene en la otra mano.

Las vestiduras de la virgen le aportan gran movimiento a la imagen mediante la caída de los pliegues de su manto, con ricas estofas en plata y azul, sobre una nube, también plateada, en la que se posan sus pies desnudos.

Sobre la nube encontramos también el bastón de mando que corresponde a los primeros ediles de la localidad y que la identifica como alcaldesa honoraria de la misma. Y es que esta imagen es el centro del corazón de muchos unionenses, que se vuelcan en su culto, aún en los tiempos actuales, de una forma tan masiva que sorprende incluso a las autoridades religiosas, siendo la semana de sus fiestas, a primeros de octubre, un auténtico jubileo de fieles que participan en los actos religiosos a ella destinados.

Es sin duda una obra, con la que Manuel Juan Carrillo supo conectar con el espíritu religioso de las gentes sencillas a las que iba destinada.

JESÚS NAZARENO

Obra realizada para la Iglesia del Carmen de Lorca en 1964, que actualmente se puede contemplar en el Museo del Paso Morado, cercano a esta iglesia.

Es ésta una figura típica de Jesús Nazareno, preparada para aparecer bien maniatado o bien portando la cruz a cuestas. Se trata de una imagen de vestir, de las conocidas como de devanadera.

El rostro barbado de Cristo aparece inclinado hacia la derecha, mirando de ese lado al espectador, moviéndolo a piedad cuando porta la cruz y presentando una actitud humilde y serena cuando aparece maniatado. Las manos y los pies son también de una factura delicada y anatómicamente perfecta. El cuerpo se inclina hacia delante y los pies aparecen uno adelantado sobre el otro, en posición de caminar.

Con esta imagen se realiza en la ciudad de Lorca un Vía Crucis en la mañana de Viernes Santo, conocida como "Los pasos", con la que su cofradía, El Paso Morado, pone un contrapunto de religiosidad en los singulares desfiles lorquinos, que andan de una forma muy particular entre lo bíblico y lo pasionario. Este "peregrinaje de sustitución" como ellos lo llaman, es una muestra sobrecogedora de rigor penitencial, austero recogimiento y religiosidad popular, acompañado hasta el Calvario por gran número de penitentes vestidos con sencilla túnica y portando cruces al hombro.

De nuevo encontramos aquí una obra de Carrillo que contribuye a despertar un profundo sentimiento religioso en las personas que la contemplan.

Siendo ésta muy significativa, no es sin embargo la única obra de Manuel Juan Carrillo, que podemos contemplar en la ciudad de Lorca. En la Iglesia del Carmen se encuentra un Calvario compuesto por las figuras de San Juan y Santa María Magdalena, ambas imágenes de vestir, y un Crucificado en talla de madera, de tamaño natural, de estupenda factura e impecable anatomía, que muestra en sus pies las huellas de manos y labios de los muchos devotos lorquinos que lo veneran a lo largo del año.

Estas imágenes del escultor ciezano, forman también parte del desfile procesional de Jueves Santo, que es uno de los más solemnes y rigurosos de la Semana Santa lorquina.