Fernando Díaz de Mendoza, junto al escritor Álvaro Palacio Valdés
Fernando Díaz de Mendoza, junto al escritor Álvaro Palacio Valdés

    A principios del siglo XX Fernando Díaz de Mendoza era, en opinión de muchos críticos de revistas especializadas, el mejor actor español de la época. Su trayectoria profesional se vio enriquecida en marzo de 1903 cuando La Gaceta (actual Boletín Oficial del Estado) publicó una Real Orden por la que se le nombraba profesor numerario del Conservatorio de Música y Declamación, destinándole a la Cátedra de Declamación.

    En 1904 la pareja traslada su residencia a un lujoso edificio-hotel de tres pisos. La construcción de esta mansión, diseñada por María Guerrero y dirigida por el arquitecto Pablo Aranda, costó un millón de reales. Una de sus mayores peculiaridades era que en el garaje del hotel se guardaban tres de los primeros automóviles que circularon por las calles de Madrid: un 75 Charron, un 20-30 Renault y un eléctrico Columbia. La servidumbre del edificio-hotel estaba compuesta por 14 personas y regida por una institutriz llamada Miss Hughes.

Un meticuloso plan de trabajo

    Los meses en los que el matrimonio residía en Madrid Fernando Díaz de Mendoza y su esposa llevaban a cabo un meticuloso plan de trabajo. El matrimonio almorzaba a las 11:00. Poco después un chófer les llevaba al Teatro Español, donde Díaz de Mendoza daba clase a los alumnos del conservatorio. Una vez finalizadas las clases, los actores ensayaban durante tres o cuatro horas para volver a comer a casa a las seis. Después regresaban al teatro para efectuar la representación y una vez que ésta finalizaba, bien se verificaba un ensayo general con trajes, o bien se improvisaba una tertulia en el saloncillo, adonde acudían a charlar con los artistas destacados personajes de la sociedad madrileña. Posteriormente regresaban al hotel para dedicar algún tiempo al estudio de papeles. En algunas ocasiones el estudio se alargaba hasta bien entrada la madrugada.

    En 1908 el Ayuntamiento de Madrid rescinde a la Compañía Guerrero-Díaz de Mendoza el contrato de explotación del Teatro Español debido a que los compromisos adquiridos en sus giras por América impedían a los actores atender las obligaciones que tenían adquiridas con la entidad municipal. Díaz de Mendoza también se vio obligado a dimitir en octubre de 1908 de su puesto como profesor en la Cátedra de Declamación del Conservatorio por no poder atenderlo debidamente.

Teatro de la Princesa

    El 20 de marzo de 1908 Fernando Díaz de Mendoza adquiere la propiedad del Teatro de la Princesa (hoy Teatro María Guerrero). Después de una serie de reformas el 27 de noviembre de 1909 tiene lugar la inauguración en la que la Compañía Guerrero-Díaz de Mendoza interpreta la obra ''María la Brava''. Asimismo, los actores trasladan su residencia a un edificio anexo al teatro que se comunicaba con el escenario. El Teatro de la Princesa fue propiedad de la familia hasta 1928 cuando, tras la muerte de María Guerrero, lo adquirió el Estado. Desde 1978 es la sede del Centro Dramático Nacional.

    En muy pocos años la Compañía Guerrero-Díaz de Mendoza se convirtió en la compañía española que más giras realizó por América. Durante la temporada ofrecían unas 100 funciones en España y otras tantas en América. Debido al prestigio de la compañía muchas ciudades tenían que esperar durante varios años para tener la oportunidad de ver la actuación de la pareja de actores más importante de su tiempo.