Chorlitejo patinegro
Chorlitejo patinegro
Vicente Hernández Gil
Cogujada común
Cogujada común
Vicente Hernández Gil

     La fauna que albergan los saladares, al igual que la vegetación, es muy singular, y se encuentra perfectamente adaptada a las severas condiciones que imponen estos ecosistemas tan particulares. Destaca el gran numero de invertebrados propios de estos ambientes, algunos tan emblemáticos como el escarabajo Megacephala euphratica, muy característico de los saladares, o los numerosos endemismos que nadan en las aguas saladas de sus encharcamientos, como son el grupo de los Ochthebius (glaber, cuprescens, montesi...), Nebrioporus, etc. escarabajos acuáticos que dan importancia internacional a los lugares en que se encuentran, y que constituyen un punto caliente en cuanto a biodiversidad en estas localidades.

     Pero han sido las aves, más fácilmente observables, las que han permitido dar algunas figuras de protección a los saladares. Destacar la presencia de aves consideradas esteparias en los saladares del interior, como el Sisón (Tetrax tetrax) la Ortega (Pterocles orientales), el Alcaraván (Burhinus oedicnemus), o la Codorniz (Coturnix coturnix), de gran tamaño, si bien la abundante presencia de Terreras, Calandrias, Bisbitas... o de Curruca Tomillera, le han dado un mayor protagonismo.

     En los saladares litorales se unen a estas especies las propias de su localización, a orillas del Mar Menor o del Mediterráneo. Son frecuentes los chorlitejos Chico y Patinegro (Charadrius dubius, Ch. alexandrinus), lavandera Boyera (Motacilla flava)... o la vistosa Canastera (Glareola pratincola), que ubica sus colonias de cría junto a los saladares por ser éstos sus lugares de avituallamiento.

     Su relieve llano, con matorral y zonas sin vegetación, hacen a los saladares lugares ideales de caza para numerosas rapaces, como los Aguiluchos (Circus sp), Halcones (Falco peregrinus, F. tinnunculus, F. columbarius, etc.)... o al Busardo ratonero (Buteo buteo) y Águila real (Aquila chrysaetos). Entre los mamíferos destaca la presencia de la Liebre (Lepus granatensis), lo que atrae en este caso a cazadores con galgos, a los que no es raro ver al atardecer rastreando estos medios.