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NATURALEZA

Protección para nuestra tortuga de tierra

Características

Tortuga mora
Tortuga mora
Murcia enclave ambiental

¿Cómo es esta tortuga?

Lo cierto es que encontrar una tortuga mora en su medio natural es bastante difícil. Aunque sea un animal de aspecto torpe y aparentemente lento, su colorido críptico y su costumbre de enterrarse y esconderse bajo la vegetación, la convierten en un animal esquivo para el hombre. Como todas las tortugas presenta un duro caparazón óseo que cubre la mayor parte de su cuerpo y además le permite retraerse en su interior.

Este caparazón, también denominado espaldar, está compuesto de una serie de placas córneas cóncavas y de naturaleza rígida, que le da un aspecto muy característico. La parte inferior o peto es algo convexa, ovalada, más o menos plana, y más blanda. Ambas partes se encuentran unidas por una masa cartilaginosa que proporciona rigidez a toda la estructura.

La cabeza destaca por ser muy robusta y sus ojos son pequeños y redondos, parecidos a los de los pájaros. Su mandíbula carece de dientes, pero presenta un pico córneo afilado capaz de trocear cualquier planta que crea de su gusto. Su lengua, muy parecida a la de los humanos, es ancha, blanda, verrugosa y no puede sacarla fuera de la boca. La cola puede llegar a ser bastante larga y, a veces, termina en punta córnea. Es precisamente cerca de la cola donde se encuentra la cloaca que contiene el órgano reproductor.

Este quelonio de caparazón abombado y críptico presenta un espaldar de color amarillo o verde oliva pálido, donde las placas presentan una mancha central oscura y los bordes también están ribeteados de negro. El peto es amarillento con manchas irregulares que varían en forma y número, de manera que ningún ejemplar tiene el mismo diseño.

Como en la gran mayoría de tortugas presenta un marcado dimorfismo sexual. Los machos presentan el peto más cóncavo y la placa supracaudal convexa, ideal para copular. En las hembras sin embargo son planas. Además existen otras diferencias entre ambos sexos, como el mayor tamaño de las hembras y el tamaño de las escamas anales, mucho menores en los machos que en las hembras.

En cuanto a las crías presentan al nacer un tamaño medio de unos 3,5 cm y un peso que no sobrepasa los 11 g. En general, la coloración es similar a la del adulto, aunque las manchas oscuras del peto no se aprecian con tanta nitidez.

En la Región de Murcia el peso medio para las poblaciones estudiadas es de 342 g con una longitud del espaldar que varía entre 34 y 170 mm y una longitud media de 106 mm. Por otra parte, y a falta de estudios específicos, es más que probable que existan diferencias morfológicas con base genética y de carácter adaptativo entre las distintas poblaciones de tortuga a lo largo del gradiente ambiental de la especie en el sureste ibérico. Así ocurre entre poblaciones muy próximas de Testudo hermanni hermanni en Grecia, donde las de zonas más septentrionales presentan un mayor tamaño.

Unos animales muy longevos

Testudo graeca graeca, es un animal ectodermo. Por ello tiene unos patrones de actividad bastante marcados, tanto estacionales como diarios, dependientes de las condiciones ambientales y presenta bajos requerimientos energéticos. En el sur peninsular la tortuga mora presenta dos períodos de inactividad, en verano y en invierno, que se alternan con dos de actividad, en primavera y en otoño. Aunque es en primavera cuando su actividad es más acentuada que en otoño.

La actividad diaria se concentra en primavera a las últimas horas de la mañana. En otoño es más impredecible, dependiendo de las temperaturas existentes.

Como todas las tortugas, son animales muy longevos, caracterizados por una alta supervivencia de adultos y baja de juveniles. Esto hace que la estabilidad demográfica de sus poblaciones sea muy sensible a la mortalidad de adultos, mientras que las variaciones en la fecundidad, éxito de las puestas o supervivencia juvenil tengan una menor influencia en la estabilidad de las poblaciones. De hecho, presentan un éxito reproductivo anual muy variable, pudiendo presentar crecimientos poblacionales negativos durante periodos relativamente prolongados que son compensados por algún año de gran éxito reproductor. Esta es, en general, una estrategia propia de especies de ambientes muy fluctuantes interanualmente, como es el caso del sureste ibérico. Por todo ello, cualquier proceso que aumente la mortalidad de adultos, como las extracciones, afecta en gran medida la viabilidad de las poblaciones. Además, la alta longevidad de adultos permite la existencia de poblaciones inviables durante muchos años, lo que hace que los procesos de extinción de las poblaciones no sean apreciables a corto o medio plazo.