Julio Pedauyé
A finales de marzo y durante abril florecen en la huerta de Murcia los laureles, las fresas, el botón de oro, las calas, los alhelíes también llamados alarises, las flores de lis, los jacintos, los lirios, los guisantes de olor, las boquitas de dragón, los galanes, los tulipanes, los amarilis, las malvarrosas, las petunias, las gitanillas, los geráneos, las anémonas, los narcisos, las varitas de San José, las lágrimas de la Virgen, las espuelas de caballero, las flores de la pasión, las clavellinas, las peonías, los jazmines, y otras mil flores.
Muchas de estas flores servirán para adornar los pasos de las procesiones en la Semana Santa Murciana y para engalanar altares en iglesias y domicilios particulares.
En abril, los huertos de naranjos, mandarinos o limoneros se cubren del blanco y perfumado azahar y en sus zonas no labradas y más húmedas, aparecen tapizados del verde vinagrillo con sus flores amarillas. Las sendas y terrenos baldíos se cubren de flores de artemisas, caléndulas, alegres margaritas, perfumadas y saludables manzanillas o dientes de león, entre otras flores silvestres.
Las laboriosas abejas zumban rabiosas de flor en flor, afanosamente, pronto enjambrarán y las colmenas se dividirán porque ya no cabe tanta 'gente' bajo el mismo techo.
También al comienzo de la primavera, los mirlos, o como se conocen en la huerta, las merlas, construyen sus nidos de barro y ramitas en alguna horquilla de los naranjos o de los limoneros de follaje más espeso y hacen la puesta de sus huevos.
Las poblaciones de merlas hasta hace pocos años se encontraban en franco retroceso en nuestra huerta. Sin embargo, en los últimos años, debido al despoblamiento de sus principales enemigos, los huertanos, que las cazaban porque se comían sus frutos y semillas, o simplemente las mataban como entretenimiento sus hijos (entono el 'mea culpa', yo también jugué a coger 'níos'), han proliferado de nuevo, alegrando con sus variados y aflautados sonidos la huerta.
Las merlas, al igual que otros pájaros y pajarillos, han realizado en general una labor más beneficiosa que perjudicial, ya que en su alimentación abundan los insectos, caracoles, gusanos y lombrices. El problema surge cuando los hombres, con el uso y abuso de pesticidas, rompen el equilibrio natural y reducen estos recursos alimenticios de las aves, obligándoles a incluir en su dieta más frutas y semillas cultivadas.
Pronto llegará mayo y poco a poco se nos marchará otra vez la primavera con sus flores y sus agradables temperaturas. El sol abrasador irá imponiendo su ley, señoreándose en los mediodías. El trabajo en la huerta irá en aumento, todo lo que sembramos hay que cultivarlo y cosecharlo: ajos, cebollas, patatas, tomates, calabacines, maíz. Las primeras frutas: albaricoques mayeros, melocotones, peras y peretas, etc.
Nuevas y preciosas flores, de cascales y de cardos, entre otras, embellecerán las cruces de mayo que instalaremos en nuestras plazas.
