Tarabilla común
Tarabilla común
Vicente Hernández Gil

     La tarabilla común es un ave de aspecto redondeado, rechoncho, exhibiendo el macho durante la época de reproducción y un plumaje muy llamativo con la cabeza y garganta negras, el pecho castaño rojizo casi naranja, y unas conspicuas manchas blancas en el cuello, el obispillo y en las alas. En invierno el plumaje es mucho más apagado. La hembra presenta una coloración parda listada y de tonalidades más apagadas, sin la mancha blanca del obispillo.

Hábitat y Distribución

     La tarabilla común se distribuye por Europa, Asia y África. Es una especie sedentaria en nuestra región, aunque recibimos aportes invernales provenientes de países situados en latitudes más norteñas, del oeste europeo.

     Sus hábitats preferidos son aquellos de matorral, saladar... y en general formaciones vegetales arbustivas, tanto del litoral como del interior.

Costumbres y Alimentación

     La tarabilla común se distingue rápidamente cuando está presente en una localidad por la costumbre que tiene de posarse en lugares elevados, desde los que emite su chirriante reclamo, con el que llama la atención reclamando un territorio, además de exhibir el diseño tan llamativo de su plumaje, a modo de bandera.

     La tarabilla común se alimenta principalmente de insectos, arañas, gusanos, etc. que captura muchas veces lanzándose desde un posadero, volviendo a ese mismo otro con un vuelo ondulante.

Protección y Conservación

     En los últimos años se ha detectado un descenso en sus poblaciones reproductoras en España. Quizá su alimentación insectívora y el exceso de productos químicos empleados en agricultura tenga una relación directa con este descenso. No hay ninguna medida de conservación adoptada con esta especie, salvo la genérica para el resto de la fauna.

Curiosidades

     En Murcia los huertanos conocen a la tarabilla con el nombre de cagaestacas, por la costumbre que tienen de posarse en la punta de estacas y palos, a baja altura, aunque también se lo aplican a otras especies que tienen esta misma costumbre.

Vicente Hernández Gil