La construcción de la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Villanueva del Río Segura

  El siglo XIX se abriría en Villanueva del Río Segura con el propósito de la creación de una nueva iglesia para el pueblo. Trazó los planos del templo el arquitecto Juan de Villanueva, y las obras dieron comienzo bajo el decidido apoyo de Su Alteza el infante don Francisco. Pero las guerras, epidemias y cambios políticos, que azotaron el país durante el siglo XIX, no favorecieron dicha iniciativa, por lo que las obras fueron suspendidas y reanudadas en diversas ocasiones, en tanto que los oficios religiosos eran realizados en una casa particular perteneciente a doña María Concepción Molina. Pese a que el infante don Francisco dejó las obras bastante adelantadas, éstas se paralizaron totalmente, llegando a perderse los planos que Villanueva trazara. La iglesia de Villanueva veía cómo sus propiedades eran desamortizadas en beneficio de la nación.

  Perdidos los planos de Juan de Villanueva, estudió la obra el arquitecto José Ramón Berenguer, quien hizo nuevos planos basándose en lo ya ejecutado y tomando algunos parecidos de la iglesia madrileña del Caballero de Gracia, cuyas obras se reiniciaron hacia 1860, pues los planos están firmados en mayo de 1859. Pero aún pasarían muchos años hasta su terminación, que correría a cargo del arquitecto hellinero don Justo Millán, que efectuaría algunas modificaciones a lo proyectado por Berenguer Nicolás.

  En 1861 solicitaba el Ayuntamiento de Villanueva al Tribunal de las Órdenes que le fuese restituido a su iglesia el archivo parroquial que se conservaba en Ulea; pero la contestación fue negativa. En 1881 salieron a subasta por el Ministerio de Fomento las obras de la cubierta, gracias a las activas gestiones del diputado a Cortes Sr. Pérez de los Cobos, secundadas por el murciano y diputado por Madrid Pascual María Massa Martínez. En 1882 la centenaria obra quedaba finalizada. El 11 de septiembre de 1882, el señor cura de Villanueva, acompañado de una comisión de vecinos, visitó en Murcia al señor obispo don Diego Mariano Alguacil para invitarle a bendecir el templo y el prelado, que también aportó su grano de arena, aceptó complacido la invitación y señaló para tan fausto suceso el domingo 24 de dicho mes de septiembre.

  Los últimos tiempos

  La segunda mitad del siglo XX ha supuesto para Villanueva del Río Segura una renovación con las nuevas generaciones de habitantes. La tendencia al aprovechamiento turístico y económico de los lugares con encantos naturales han propiciado que Villanueva del Río Segura sepa sacar partido de su entorno y su patrimonio como potencial  turístico. Para avanzar en este sentido la villa se ha visto mejorada, siendo dotada con servicios modernos, pero sin que pierda su carácter de pueblo medieval, recogido y tranquilo a la orilla del Segura. La actividad socioeconómica aún mantiene cierto apego a la agricultura, pero desarrollada y mejorada. Los cultivos de frutales y cítricos, especialmente el limón, se complementan con los almacenes de envasado de productos agrícolas y las industrias derivadas de la construcción.

  A comienzos del siglo XXI Villanueva del Río Segura es una población en crecimiento. Su modo de vida apacible, tranquilo y cercano a la naturaleza la ha convertido en un destino ideal para las nuevas generaciones de murcianos que trabajan en la capital, pero prefieren vivir a escasos 27 kilómetros de ella, en un ambiente mucho más tranquilo, recogido, familiar y en contacto con la naturaleza y las raíces de la Región de Murcia.