Influencia de los avatares políticos nacionales del siglo XIX

  La evolución de Santomera ha estado influenciada por los acontecimientos políticos de la España Contemporánea. Tras la Guerra de la Independencia, a principios del siglo XIX, el despegue de la economía santomerana se vio paralizado. Después del conflicto, el auge agrícola que había experimentado el territorio no se recuperó hasta mucho tiempo después. Las consecuencias de esta tardanza fueron la inestabilidad que vivió el país durante todo el XIX, y las erróneas disposiciones caciquiles de la zona.

  Con la Constitución Liberal de Cádiz en 1812 Santomera se constituye por primera vez como Ayuntamiento propio. Esta experiencia se vería pronto interrumpida con la vuelta de Fernando VII y el restablecimiento del absolutismo en todo el territorio nacional. Durante el nuevo intento liberal entre 1820 y 1823 se recuperó el Ayuntamiento de Santomera. Pero de nuevo se vio frustrado por los acontecimientos que rodeaban el entorno de la localidad. El Consistorio murciano sometió a Santomera al amojonamiento del territorio y al cobro de unos impuestos a los que no podía hacer frente.

  La época de Isabel II fue también muy complicada por todos los cambios a los que se estaba asistiendo en el país. Ante esta coyuntura resultaba realmente complicado que Santomera pudiera conseguir de forma efectiva un grado de autonomía, en el que continuaba insistiendo a pesar de todo. Una vez más se consiguió el Ayuntamiento en el período de 1836-1848, pero el sueño duró poco, acabando con la Real Orden impuesta por el general Narváez, que ahora dirigía los designios de la nación. Se suprimieron los Ayuntamientos de Espinardo, El Palmar, La Alberca, Beniaján y Santomera, que quedaban agregados al término municipal de Murcia.

  A pesar de los obstáculos que se presentaron en el camino de esta localidad, a finales del ochocientos se emprenden construcciones de gran magnitud. Entre ellas el edificio Casa Grande, vivienda palaciega al estilo italiano. En la actualidad se ha convertido en Centro Cultural. Otra de las grandes construcciones santomeranas sería el Ayuntamiento, durante el primer tercio del siglo XX. También es de destacar la iglesia parroquial de Nuestra Señora del Rosario, que demuestra un crecimiento poblacional significativo, que requería de un espacio mayor para albergar a todos los habitantes del término en el seno de su parroquia.

  Miradas dirigidas al río

  Si hay una constante a lo largo de la Historia santomerana, que haya acechado a la localidad en repetidas ocasiones, son las avenidas y desbordamientos provocados por el río Segura y las ramblas derivadas de éste. Desde 1258 a 1973 se constatan 75 grandes inundaciones, que asolaron la población de Santomera. Se recuerda con especial dolor la Riada de Santa Teresa del 15 de octubre de 1879, probablemente la que más daños y destrozos ha ocasionado entre los habitantes de la localidad. Ese día, declarado luto oficial, arribó una de las crecidas del río más grandes y terribles, que se han conocido en este paraje. Los estragos producidos afectaron a las tierras, al ganado, las viviendas, con unas pérdidas incalculables, sobre todo por el gran número de víctimas humanas, que perdieron su vida en esta inundación. La Riada de Santa Teresa perturbó notablemente toda la Huerta murciana, promoviéndose la solidaridad general, no sólo de la Región de Murcia, sino de toda España y Europa.

  También quedaron grabadas en la memoria las riadas de 1906 y 1947 con consecuencias devastadoras. La población de Santomera vio cómo de nuevo decenas de vecinos perdían la vida a consecuencia de los desbordamientos, y cómo quedaban destrozadas casas y familias, que se encontraron sin nada. No será hasta 1960 cuando comiencen las obras de construcción del Embalse de Santomera para controlar estas avenidas. Se finalizó en 1965. La obra se levantó sobre las Ramblas de Salada y Ajauque, como medio de retención y aprovechamiento de las aguas de las crecidas de sendos cauces. Forma parte del sistema de defensa de la Vega Baja del Segura contra estas catastróficas avenidas.

  Santomera: preparada para la independencia

  Los santomeranos vivieron con especial implicación la primera mitad del siglo XX, sobre todo la II República y la Guerra Civil, que trastocó la vida de la nación. Pasada la dictadura franquista, Santomera asistió a un importante desarrollo desde los años 70'. Este avance se evidenció en diferentes campos: en la mejora de la enseñanza, proyectándose nuevos centros y mejorando las condiciones de los ya existentes; en el desarrollo integral de las ramas de la economía santomerana, su agricultura, su industria, su comercio; la llegada del agua potable; en el gigantesco crecimiento industrial, sobre todo de las empresas derivadas del mundo agrícola; comienza a destacarse fuera de las fronteras regionales como un importante productor de limón, que se convierte en el cultivo por excelencia del territorio. La situación geográfica de Santomera hace que disfrute de un clima apto, no conociéndose en este sector el paro laboral.

  Estas condiciones hicieron renacer el sueño histórico de la independencia de Santomera y las vecinas Matanza y Siscar, renovándose las aspiraciones separatistas. Ante esta coyuntura se inicia el proceso de segregación. En 1967 los vecinos de Santomera se reunieron en una Asamblea Popular masiva, donde se expresan colectivamente sus 'irrenunciables' aspiraciones a tener Ayuntamiento propio. Basaron su decisión en una palpable necesidad para la organización de la convivencia y desarrollo de la comunidad, y en la capacidad económica para llevar tal empresa. A raíz de esta reunión se creó una Comisión pro-Ayuntamiento, que contaba con el apoyo de todos los vecinos, y cuya misión era confeccionar un expediente donde se demostrara el deseo y la capacidad del pueblo para convertirse en municipio. Se apoyaron en los requisitos que marcaba la ley en cuestión de población, territorio y líquido imponible.

  El expediente fue presentado ante el Ayuntamiento de Murcia en 1971, no siendo tratado el asunto hasta un año después en el conocido como 'Pleno de las Pajareras', ya que por primera vez se llenó el anfiteatro dedicado al público, debido a la expectación del asunto. La denegación del Consistorio murciano produjo la indignación y malestar por la forma en la que fue tratado el tema y por la profundidad de la cuestión. El recurso de queja de la Comisión fue llevado hasta el Ministro de la Gobernación, donde se declara la ilegalidad y nulidad del acuerdo municipal murciano. Se ordenó entonces la revisión y finalización completa del expediente presentado. Ante esta situación, los años pasaban y los trámites, lentamente, avanzaban.

  Llevado el expediente de nuevo al Ayuntamiento de Murcia, de aquí pasó al Gobierno Civil, quien a su vez lo remitiría tras su estudio al Ministerio de la Gobernación de Madrid. El correspondiente informe es trasladado hasta el Consejo de Estado, donde los ministros aprobaron, tras arduos trámites, la resolución de Santomera como el municipio número 44 de la Región de Murcia el día 29 de Septiembre de 1978. La decisión desataría el júbilo entre los vecinos de Santomera, que lo celebraron por todo lo alto, coincidiendo la noticia con las Fiestas en honor a la Patrona. La histórica tradición de las aspiraciones municipales de Santomera, Siscar y Matanza se vio por fin realizada. El escudo municipal hace referencia, en la parte inferior del mismo, al municipio de Murcia y a la unión de los tres pueblos que se agruparon. Esto se puede observar con siete coronas de oro y la unión de tres manos.

  La realidad actual del municipio

  En Santomera los cambios que siguieron a la independencia resultaron favorables para un municipio que, a pesar de su juventud, se encuentra en un período de expansión. El sector predominante hoy día es el de servicios, seguido de cerca por el tradicional agrícola, que posee un papel predominante, muy por encima de la media regional. Los principales productos son las hortalizas y cítricos, especialmente el limón. La industria ocupa un lugar destacado en la economía del municipio, aunque con un carácter incipiente y con empresas derivadas de la exportación y transformación del limón. También está desarrollándose con auge el sector transportista, a consecuencia de la expansión del cultivo protagonista. Como prueba del desarrollo económico, el sector de la construcción está cobrando un relevante papel en el término santomerano. Hasta estas tierras acuden no sólo los vecinos de las pedanias que forman el término municipal, sino también los habitantes de  localidades cercanas a Santomera, lo que es una evidencia del prometedor futuro de la zona.