La Mansión Servet, conocida como Villa San Sebastián o casa de Don Emilio Castelar y más popularmente como Casa del Reloj, fue proyectada hacia 1885 por Pedro Cerdán, habiendo sido encargada por Sebastián Servet Brugarolas.

Sus propietarios le encargaron una villa de recreo y el arquitecto se inclinó por una arquitectura "pintoresca", de influencia inglesa, de moda entonces en todos los lugares de veraneo de España, aunque poco común en el litoral mediterráneo, donde destacaron sus agudos tejados. Lo que dio como resultado un edificio ecléctico-pintoresco por el tipo de tejado y su resolución en fachada y, al mismo tiempo, un edificio que intenta ser pre-racionalista, mediante el empleo de los materiales, ladrillo, al descubierto, con función constructiva, confiando en sus propias posibilidades estéticas, así como en las que van intrínsecas al diseño mismo, bien hecho, de cada parte del conjunto estructural.

Se trata de una de las más interesantes construcciones de este carácter, de la época, en la región, no solo por la nobleza de su trazado sino, también por las connotaciones históricas de la misma.

La vivienda y el entorno arbolado conformaban una unidad que responde a los ideales del momento, sin olvidar la funcionalidad de la edificación, en la que se fomentaba una conexión directa con la naturaleza atendiendo a una filosofía pintoresquista.

En ella imperan las líneas verticales subrayadas por el uso del ladrillo visto en dinteles y esquinas alternándose con mampostería revocada en blanco y ausencia de decoración superflua. En su fachada destaca un cuchillo de madera entramada con la función estructural de sostener la cubierta. En su interior destaca la escalera de madera tallada, el artesonado del techo, el salón del billar y la capilla que da nombre a la quinta. La escalera es de tipo imperial, sostenida por dos columnas de madera.

Desde el punto de vista histórico se debe recordar que allí murió Emilio Castelar en 1899, de ahí que también sea conocida como la Casa de Castelar. Enterado de la enfermedad del político y de lo beneficioso que podría serle el clima de esta zona, José Servet le ofreció su casa y en ella residió durante ocho días. Cuentan que recuperado levemente, aprovechó para acudir a visitar a su amigo a Campoamor, recayendo y falleciendo poco después.

En la actualidad alberga un Restaurante.