El Castillo de Nogalte, erigido sobre la Rambla

  La ocupación árabe en el siglo VIII aprovechó las infraestructuras de arquitectura civil creadas por los romanos, restaurándolas y adaptándolas. Con los asentamientos ocurrió algo parecido, aunque hubo muchos de nueva fundación, que nacieron como pequeñas alquerías donde antes no había población. En torno a estas granjas se desarrollaron algunos de los actuales municipios. Las nuevas fundaciones árabes, en función de su forma, podían ser medinas o hisn. Los Hisn o Castillos jugaron un papel fundamental en la frontera con el reino cristiano. Desarrollaban funciones administrativas, militares y comerciales. Estaban asociados a un hábitat rural permanente o simplemente tenían funciones militares, relacionadas con la vigilancia de la frontera.

  En lo alto del Cerro del Castillejo, dominando el paisaje sobre la Rambla de Nogalte y la Sierra de Enmedio, se alzaba el alcázar de Puerto Lumbreras. Este Castillo, junto a la fortaleza de Tirieza (Lorca), ejercía el control de la frontera del reino de Granada. Además, constituía un segundo nivel de defensa sobre las grandes fortalezas de Los Vélez y Xiquena. Una pequeña guarnición, dedicada a tareas de agricultura y ganadería, permanecía en el Castillo permanentemente, ya que el entorno estaba despoblado. La torre del Castillo de Nogalte en Puerto Lumbreras podía establecer contacto visual con las de la Torrecilla y La Hoya.

  El perímetro defensivo estaba organizado en dos recintos rodeados de torres, comunicados entre sí por una puerta triacodada. Este sistema de acceso era una técnica constructiva propia de Al-Ándalus en los siglos XII y XIII. De algunas de sus siete torres se conservan paños de más de cinco metros de altura. En los restos cerámicos, hallados en la Torre de los Almendros, se encuentran piezas que abarcan un amplio marco cronológico, que va desde el siglo XV a piezas contemporáneas. La construcción de aljibes, como los del Esparragal y la Estación parecen ser propios de época nazarí. Ambos datos apuntan al uso de la fortaleza en los siglos sucesivos a su construcción. La Torre del Obispo apunta a un aprovechamiento posterior de estos edificios como enclaves estratégicos.

  Puerto Lumbreras cristiana

  Las tropas castellanas y aragonesas pactaron en el Tratado de Almizra un reparto del territorio a ocupar tras la Reconquista. Según este acuerdo, el reino musulmán de Murcia había de pertenecer a la Corona de Castilla. La ocupación se hizo efectiva y en el Castillo de Lorca se posicionaron las huestes de Alfonso X, siendo éste aún príncipe. Los musulmanes hubieron de abandonar el Castillo de Nogalte y retirarse al reino nazarí de Granada.

  En esta época, las rencillas entre reinos vecinos eran continuas y a principios del siglo XIV se produjo una incursión aragonesa en el reino de Murcia. Tras el asedio de Lorca por los aragoneses, la fidelidad a Castilla fue premiada. Se le concedieron al Concejo lorquino varias fortalezas, entre ellas la de Nogalte. Sin embargo, tras la Reconquista, Puerto Lumbreras careció de asentamiento de población permanente hasta el siglo XVII.