Vista General de la Noria Grande de Abarán [La noria grande de Abarán]
Vista General de la Noria Grande de Abarán
Conjunto [Noria de Lorquí]
Conjunto

Norias

La verdad que hablar de las norias es hablar de la huerta misma. Desde su instalación han sido y son los pulmones de la huerta y gracias a ellas se pudieron salvar los impedimentos naturales que condicionaban las zonas de cultivo, además se convirtieron muchas veces en un símbolo muy valorado para la comunidad que las utilizaba.

Se pueden hacer muchas divisiones a la hora de hablar de las norias, aunque la forma más sencilla es agruparlas por la energía que utilizaban a la hora de realizar su cometido. Las había que utilizaban la energía que emanaba de las corrientes de agua, mientras que había un segundo grupo que disponía de la fuerza animal o de los propios hombres para funcionar.

Las norias o ruedas son las que utilizaban la fuerza que les prestaba el agua, el mecanismo consistía en llenar los cangilones gracias a la corriente, se llenaban y se vaciaban al dar la vuelta la noria en el canal o acueducto que estaba construido a su vera para tal fin.

Estaban construidas mediante la unión de dos coronas de gran tamaño, que en un principio eran de madera y después con el paso de los años pasaron a ser de hierro, todo el eje estaba unido mediante radios que variaban según las dimensiones de la rueda.

Las hay en nuestra región de muy diversos tamaño, pero podemos establecer una media entre 3,5 m. y 15 m. las más grandes.

Las construcciones de este tipo que solían aprovechar la energía animal se conocían como aceñas y artes. Este tipo de construcciones fue bastante difícil de encontrar en la Vega del Segura, la mayoría se situaban en el Campo de Cartagena. Solían tener la misma apariencia que una noria normal con la diferencia de que existía otra rueda horizontal de entrada con un madero como eje, enganchado a un palo, mientras que el animal iba atado a éste y era el encargado de dar vueltas para que la noria cumpliese su función.

Hay dos aspectos que son afines a todas ellas, es la transformación y modernización de los cangilones y de las paletas. Los primeros pasaron de estar hechos de barro y atados a la noria por medio de cuerdas, por lo que no es muy difícil de imaginar la fragilidad de su consistencia, hasta que se pasó a la fórmula que podemos observar en la norias que hoy quedan en pie, que consistía en huecos realizados en la corona por donde el agua entra y sale libremente.

Otra pequeña modificación o adelanto respecto a la impulsión del agua por parte de las palas hay que relacionarlo con la inclusión de líneas aerodinámicas para una mejor adecuación y aprovechamiento de la corriente del agua, en vez del perfil plano que hoy en día aún existe.

Como curiosidad no parece sensato dejar de citar al conocido como 'ceñil'. Se trataba de pequeñas ruedas, las cuales se ponían en forma vertical en la corriente y eran movidas por la fuerza de uno o de dos hombres, logrando a través de la cadencia de su pedaleo la elevación del agua dentro unas cajas rectangulares situadas alrededor de la rueda en lo que se conoce como corona. 

Por último, hay que citar la existencia de unas curiosas construcciones que cita Maria Elena Montaner en la proximidades de Mazarrón. Se trata de unas edificaciones de aspecto cónico que presentan contrafuertes, como si fueran una torre, y son capaces de albergar en su interior a la noria.

Huerta de Murcia

Aunque no es la única existente en la Región, sí que es la más estudiada o la más conocida tanto a nivel regional como nacional, por eso la proponemos de modelo a la hora de dar una visión sobre el funcionamiento de este paisaje agrario tan especial.

Descripción

Desde época musulmana existe una red de riegos y 'avenamientos' que se extienden a lo largo de la Vega del Segura a su paso por el municipio de Murcia, están formados en su mayoría por lo que se conoce como acequias mayores y azarbes, las acequias mayores eran los canales más caudalosos y de los que se ramifican canales menores, los que en la región son conocidos con diversas denominaciones: 'arrobas', brazales o hijuelas que serían los que directamente regarían las tierras.

Cultivos

Tal vez uno de los aspectos menos claros en lo que se refiere a los cultivos, es la idea de que en la huerta históricamente siempre se nutrió de unos mismos productos.

La huerta como en los distintos ámbitos de la vida doméstica de sus regantes, sufrió una evolución y adaptación de sus cultivos a las necesidades de sus moradores.

Mientras que al principio de su puesta en práctica en los siglos XII y XIII las plantaciones más extendidas fueron las de cereales y vid, que convivían con hortalizas y árboles frutales (higueras, olivos, almendros, granados, nogales...).

En el siglo XV el cultivo estrella de la huerta pasó a ser los naranjos y limoneros, mientras en el XVII las plantaciones de moreras les sustituyeron.

En el siglo XIX desaparecen los productos de secano como son la cebada y el centeno que cambiaron por el maíz y las hortalizas; mientras que en el siglo XX las hortalizas junto con los frutales en especial limoneros y naranjos han sido los productos más aprovechados por los agricultores de la vega. 

Funcionamiento

El comienzo del sistema de riego de la huerta está condicionado por la existencia del conocido como azud de la Contraparada, situada aguas arriba de la ciudad de Murcia. Éste es la base de todo el entramado que recorre la Vega del Segura, de este lugar se derivan y dirigen las aguas hacia los puntos en las que son necesarias. De aquí salen las Acequias Mayores hacia las dos partes en las que está repartida la huerta, conocidas como los Heredamientos  Norte y el del Sur.  La del Norte se llama Aljufía, tiene un recorrido de 9 Km. y riega las tierras diversas pedanías tales como Jabalí Viejo, Guadalupe, La Ñora..... Hay numerosas acequias y de esta brazales que jalonan todo el recorrido, podemos citar algunas como las denominadas: Churra la Vieja, Alfatego, Rueda de la Ñora, Bendamé Menor, Zaraiche, Chorro de San Diego,...

La del Sur se llama la del Mediodía, es la más grande recorriendo 23 Km.; curiosamente a su paso por distintas ciudades su nombre va variando: Barreras, Alfanje y Benicomay.

La construcción parece ser que tiene un origen muy antiguo, a día de hoy las tomas de las acequias están labradas en la misma roca y cada una de ellas tiene un control de admisión para entrada y salida del agua.

A partir de estas dos Acequias se desgranan acequias menores, brazales, canales más pequeños y toda una serie de portillo, y azarbes formando un laberíntico recorrido difícil y extenso de seguir, conformando una perfecta red sincronizada a su manera, pero con un complejo funcionamiento fruto de decenios de tradición.

También es de señalar la importancia de un sistema de colectores que son capaces de devolver el agua a la circulación para poder volverla a utilizarla para los riegos. Todo este sistema no tendría la importancia que tiene si no fuera por las noria que son capaces de llegar distribuir el agua donde no llegan de por si las acequias. De las norias que antiguamente existían y tantos servicios prestaron actualmente quedan tres en uso, la 'Rueda de Alcantarilla', la conocida como de la 'Ñora' y la pequeña 'Rueda de Felices'.