Historia

La construcción de la nueva Casa Consistorial fue promovida por el Alcalde Salvador Marín Baldo, quien encargó el diseño y realización al arquitecto Juan José Belmonte a mediados del siglo XIX. El edificio quedó situado en la Plaza de la Glorieta, lugar en el que tradicionalmente se habían realizado las reuniones del Concejo.

Durante la Edad Media esta zona estuvo ocupada por el Darajarife o Palacio del Príncipe, recinto fortificado construido en época musulmana. Tras la conquista de la ciudad por los cristianos, el rey Alfonso X El Sabio donó este Palacio  a los Magistrados Municipales para edificar el Concejo de la ciudad de Murcia.

En 1267 se levantó allí la primera Casa del Concejo. A finales de 1797 el edificio fue reformado.

Y, entre los años 1846 y 1847, el Concejo tuvo que trasladarse provisionalmente al Convento de Santo Domingo mientras se llevaba a cabo la construcción de la nueva Casa Consistorial. En 1848 quedaron concluidas las obras del Consistorio, presentando el aspecto que conserva en la actualidad.

En 1892 se encarga al arquitecto Pedro Cerdán los diseños generales para el tejado del edificio, y determinados arreglos en la escalera principal como la colocación del pasamanos con balaustres de madera.

Durante muchos años en la Casa Consistorial estuvieron instaladas todas las dependencias municipales, las boticas, las oficinas de la Comisión de Hacendados y la Brigada de Bomberos. La falta de espacio y la necesidad de adaptar el edificio a los nuevos tiempos dieron lugar a la construcción de un nuevo edificio anexo al anterior. Éste fue diseñado por el famoso arquitecto Rafael Moneo, quedando situado frente a la fachada posterior del Ayuntamiento en la Plaza del Cardenal Belluga. Este edificio fue inaugurado en 1998.

Personajes

Juan José Belmonte y Almela, nació en Murcia en 1808 y murió en 1875. Obtuvo el título de Arquitecto en la Academia de San Fernando en 1835. Desempeñó los cargos de Arquitecto Municipal (1848) y Provincial (1859). Demostró un gran interés por el arte regional, y sobre todo por la obra de Francisco Salzillo. En arquitectura sus preferencias se inclinan por un estilo clasicista. Intervino en la fortificación de la ciudad iniciada en 1837. Como Arquitecto Municipal realizó trabajos en la ciudad de Murcia con el fin de dotarla de servicios acorde con  los nuevos tiempos. A mediados del siglo XIX se le encarga el diseño y realización del nuevo edificio de la Casa Consistorial. Fue además, Secretario de la Comisión de Monumentos y contribuyó a la creación del Museo Provincial de Arqueología y Bellas Artes.