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Iglesia de San Mateo de Lorca

Historia y Personajes

Imagen [Iglesia de San Mateo de Lorca]
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Historia

La zona de Lorca es propensa a los movimientos sísmicos. En el siglo XVII se dieron varios de ellos. Después de los terremotos de 1674, que cesaron el día de San Agustín, la ciudad acordó hacer festivo ese día y levantar una ermita en honor al santo.

La ermita era de una única nave con un pequeño altar. Y se terminó de edificar en 1689.

Poco después se produce la llegada de los jesuitas a la ciudad, los cuales desde el siglo XVI habían estado presentes en esta, de forma intermitente.

En 1713 es cuando por fin deciden fundar una casa y colegio en la ciudad, quedándose allí de forma permanente.

Para facilitarles la labor, el Concejo les cedió como núcleo inicial de su fundación la ermita de San Agustín, situada más o menos donde actualmente se encuentra la casa parroquial de la actual iglesia de San Mateo.

En seguida los jesuitas comenzaron a ampliar la ermita, comenzando por un claustro, amplio y espacioso, conocido hasta hace no mucho como 'La Zona'.

Fue así como surgió la llamada antigua iglesia de San Mateo. Contaba esta con tres naves, cabecera plana, coro y trascoro, además de torre.

De San Mateo el viejo, no subsiste resto alguno. Se sabe que era una de las parroquias más antiguas de Lorca y que se encontraba situada en lo que ahora es plaza de abastos.

Parece ser que el tamaño de este quedó minúsculo para las necesidades de la Orden, por lo que se decidió hacer uno nuevo de mayores dimensiones y acorde con el estilo jesuita.

Por encontrarse totalmente ruinosa, San Mateo, el viejo, cayó en desuso siendo abandonada y por último demolida en 1799. Se cambia entonces la sede parroquial a su actual emplazamiento.

La nueva iglesia de san Mateo, surge pues a mediados del siglo XVIII, por la necesidad de levantar una iglesia acorde a las necesidades de la fundación jesuítica.

Se trataba de un gran espacio diáfano, donde la capilla mayor estaba conectada con las dependencias del colegio y con la residencia de los jesuitas mediante balconcillos al presbiterio y corredores altos sobre las naves laterales, también con balcones y un amplio coro a los pies. La planta y el alzado se han atribuido al fraile jerónimo Fray Pedro de San Agustín, y la dirección de la obra estuvo a cargo del maestro Pedro García Campoy, el cual tenía la dirección de las obras de la Colegiata de San Patricio.

Cuando iba bastante avanzado el perímetro de la iglesia, la Orden fue expulsada de España (1773). Por lo que las obras se detuvieron.

Fue en 1787,  cuando se volvió a proseguir con las mismas, de la mano de Jerónimo Martínez de Lara. Se encargó este de levantar las naves laterales y la principal, cubriéndolas. También es de esta época la fachada.

La primera mitad del siglo XIX, significó un auténtico estancamiento en el proceso constructivo, ya que se carece de rentas para continuar con la obra. Por tanto, otro parón, hasta 1868, fecha en que el párroco Vicente Munuera consigue hacerse con fondos para continuar con las obras. Es en ese año cuando se construye la torre con el alarife Francisco Martínez.

En la década de los noventa, se termina el crucero, la cúpula y el camarín. La construcción de la cúpula fue dirigida por el bien afamado arquitecto Justo Millán.

En el siglo XX, la iglesia ha sufrido algunas transformaciones pero sobre todo en lo que tiene que ver con sus bienes muebles (esculturas, pinturas y decoración en general).

En 1940, don Emilio García, realizó un proyecto para terminar la fachada, contemplaba elevar la otra torre y cambiarle a ambas el chapitel de remate, poner otro cuerpo a la fachada y coronarla con una escultura de la Piedad flanqueada a ambos lados por las esculturas de San Mateo y San Juan, pero este proyecto no llegó a materializarse.

Personajes

Justo Millán, nació en Hellín en 1843. Su actividad profesional como arquitecto comienza en Murcia en la década de los años ochenta. Cuando llego a Murcia, ya gozaba de fama y honores, obtenidos estos en su tierra natal y sobre todo, en Madrid, donde recibe medallas y otros galardones.

A partir de 1898, se retiró a su tierra natal donde murió en 1928.

Pedro García Campoy, además de ser arquitecto era carpintero-tallista. Realizó varias obras en Lorca, destacando además de su intervención en la iglesia de San Mateo y en la colegiata de San Patricio, la realización de la caja del órgano de la iglesia de santo Domingo.

Detalles del Interior [Iglesia de San Mateo de Lorca]
Detalles del Interior