Los vestigios más antiguos de esta pedanía se remontan a la Prehistoria, en algunas zonas altas de los parajes de El Sabinar. Entre sus abrigos rocosos podemos encontrar pinturas rupestres, restos de trazos esquemáticos que nos muestran los primeros ejemplos de representaciones figurativas de la Historia del hombre.

  El nombre de esta pedanía vuelve a aparecer en la documentación histórica, coincidiendo con la Reconquista cristiana del territorio murciano, siendo una de las primeras poblaciones encomendadas a la Orden de Santiago para la labor de repoblación proyectada por Alfonso X.

  La ermita de San Bartolomé ya estaba construida en el siglo XVII y durante el siglo XVIII esta pequeña población creció y fue aumentando sus recursos, señal de la prosperidad de un pueblo dedicado a roturar y labrar su tierras, fértiles para el cultivo del cereal.