Lo más importante que se encuentra actualmente en esta ermita es sin duda su rico conjunto de retablos y esculturas. Las tallas que se conservan están realizadas durante los siglos XVI, XVII y XVIII, cuando las cofradías, parroquias y conventos son los encargados de impulsar el desarrollo de la escultura.

El primer inventario que se fecha de la cofradía es en el año 1666. En él se reseña la hechura de Cristo Nuestro Señor en el Sepulcro, la imagen de Nuestra Señora y dos esculturas de San José con el Niño, siendo uno de ellos el que en 1648 realizó para esta cofradía Juan Sánchez Cordobés, escultor de origen granadino próximo al círculo de Alonso de Mena. Esta imagen de San José con el Niño fue trasladada en la última década del siglo XIX a la parroquia de Santa María Magdalena, desapareciendo en 1936.

Retablo mayor

El retablo mayor de la Virgen de la Soledad pertenece al último tercio del siglo XVIII, pudiéndose fechar hacia 1770. Ocupa parte de la cabecera hexagonal y está formado por banco, cuerpo principal donde está la embocadura del camarín y el ático. En conjunto, el retablo está en la línea de Nicolás de Rueda y José Ganga, aunque recuerda las obras de los maestros locales de esta época, sobre todo los de José de Sáez.

Escultura del Resucitado

De finales del siglo XVIII en madera tallada, policromada y estofada. Se presenta en actitud de bendecir, con la mano derecha levantada, mientras que con la otra sostiene la cruz, adelanta la pierna derecha a la vez que arquea la cadera y flexiona la pierna izquierda, que le retrae hacia atrás.

La imagen de la Soledad

La primitiva imagen de la Soledad sería de la época de la fundación de la cofradía, hacia 1595. Pero en 1660, don Pedro Bueno se comprometió a regalar una nueva. Sería una Virgen; una típica imagen de vestir. Al ser titular de la ermita era a la que más devoción tenían los fieles.

Imagen del Cristo muerto

Esta imagen es del siglo XVIII. Tiene sus brazos articulados para la función del Desenclavamiento, sirviendo como Crucificado en la tarde del Calvario y como Cristo muerto en la procesión del Viernes Santo.

Escultura de San Nicolás de Bari

Obra del siglo XVII, de madera tallada y policromada. El Santo está representado a la manera tradicional, con los atributos de obispo con mitra y báculo, en actitud de bendecir y con los tres niños que salva de ser ahogados en el pozo. Es una de las imágenes más antiguas que conserva la iglesia de la Soledad.

Retablo de San Nicolás de Bari

El retablo de San Nicolás de Bari, como dice Muñoz Clares, debió realizarlo Alonso de Monreal entre los años 1579 y 1583. Está dentro de la tipología de los retablos de finales del siglo XVI y principios del XVII.

Retablo de San Juan Evangelista

El retablo de San Juan Evangelista está colocado en la segunda capilla del lado de la Epístola, responde a la tipología de retablos del último tercio del siglo XVIII, de estilo rococó. En el cuerpo central se abre una hornacina decorada en pintura mural simulando unos cortinajes y el Espíritu Santo.

Escultura de San Francisco Javier

Obra del siglo XVIII, en madera tallada y policromada, representa al Santo descalzo y vestido con el hábito jesuita, todo de negro, exceptuando una cenefa dorada. Actualmente se encuentra esta escultura en el retablo de la última capilla de la nave de la Epístola. El retablo cronológicamente podríamos datarlo en el segundo cuarto del siglo XVIII.

Cruz procesional

También posee la iglesia una cruz procesional del siglo XVIII, en la actualidad depositada en la iglesia de la Concepción. Esta Cruz desde que fue restaurada en el año 1996, ha dejado de salir en procesión, sustituida por otra, para evitar que volviera a deteriorase.