Cartagena

Las estructuras arquitectónicas que se encuentran en El Jorel, están relacionadas con las cuatro piezas Vickers de 152,4 mm modelo 1923, que se montaron a barbeta en este emplazamiento. Así, adaptándose a una pequeña cresta del terreno, se situaron las cuatro explanadas de planta circular dispuestas de forma paralela a la costa. Las barbetas presentan en su vanguardia un talud de tierra destinado al enmascaramiento de las baterías y a aminorar el efecto de un proyectil enemigo que cayese en las cercanías. Los observatorios de fuego y direcciones de tiro se yerguen solapadamente cerca de la batería con construcciones que imitan la textura de la roca para mimetizarse con el paisaje.

Tras los cañones se disponen adosados en un plano inferior los depósitos de municiones, desde los cuales se subían los proyectiles y sus cargas a las barbetas a través de montacargas situados a retaguardia de las piezas. La fachada de estos edificios, que da a la gola de la batería y por lo tanto no es visible desde el mar es propia del eclecticismo imperante en esta ciudad porturaria, ya que los presupuestos estéticos de la arquitectura del momento intentaban aprovechar elementos ornamentales de distintas épocas. Este hecho fue muy típico de las baterías de costa de Cartagena de los años veinte y treinta del pasado siglo.

También encontraremos en el complejo defensivo los edificios destinados a la vida y los servicios del emplazamiento militar, como alojamientos, oficina, residencia de oficiales y suboficiales, cocinas, etc., además de los que fueron diseñados para la seguridad del lugar, como garitas, cuerpos de guardia, nidos de ametralladora, etc.