Túnel [Batería de San Leandro]
Túnel

     El primer emplazamiento artillero situado en este punto se podría fechar en torno a la primera mitad del siglo XVIII. Con la reforma del Estado que llevaron a cabo los primeros monarcas de la dinastía borbónica, Cartagena fue nombrada capital del Departamento Marítimo de Levante (1728). Con ello, la ciudad y su puerto se iban a convertir en una importante base naval, en cuyos astilleros se construirían y abastecerían los nuevos buques de guerra. Para la defensa de estas instalaciones se construyeron o reformaron una serie de emplazamientos artilleros situados en lugares estratégicos de la bocana cartagenera, que podrían impedir la entrada de buques enemigos.

     Ya el ingeniero militar Esteban de Panón, en un informe fechado en 1741, refería la importancia de la batería de San Leandro. Y a pesar de ser objeto de algunos proyectos de reforma durante los años centrales del siglo XIX, no sería hasta finales de esta centuria cuando se construiría el edificio actual. Las obras comenzaron conforme al Plan de Defensa de 1887, el cual contemplaba la creación en San Leandro de una batería de tres piezas emplazadas en casamatas con bóvedas a prueba de bomba. Los cañones, tres piezas de hierro zunchado de 24 cm modelo 1884, ya estaban montados en 1895.

     Esta batería tuvo un papel destacado durante uno de los hechos más luctuosos de la Guerra Civil (1936-1939) en Cartagena. Al parecer, un tiro de uno de sus cañones forzó la trayectoria del buque nacional "Castillo Olite", el cual, tras su rectificación de rumbo, entró en el campo de acción de la batería de La Parajola. Uno de sus potentes disparos le haría blanco, hundiéndose el buque rápidamente y llevándose consigo varios centenares de vidas.

     Tras el conflicto, sin utilidad militar y desartillada, fue vendida al ayuntamiento de Cartagena junto a los terrenos adyacentes en 1970.