Águilas

Águilas alcanzó su independencia religiosa de Lorca en 1790, algo que acicateó los promeros intentos de abandono de su primitiva iglesia parroquial, un pequeño almacén.

Los primeros conatos para erigir una nueva iglesia se concibieron bajo los auspicios del Conde de Floridablanca en 1787, que envió los planos levantados por el arquitecto Juan de Villanueva a Jerónimo Martínez de Lara (a éste último se debe la planificación y la traza de la villa de Águilas). Según Luis Díaz, el proyecto era suntuoso pues era semejante a la iglesia de Santa Bárbara en Madrid. Con la caída de Floridablanca en 1792 y el retroceso económico del gobierno de Carlos IV, el proyecto de Villanueva cayó en el olvido.

En 1810, en Águilas se duplica la población a pesar de la guerra contra los franceses, por lo que el pequeño almacén era insuficiente para albergar a los fieles. En la Plaza Mayor se compró la manzana de casuchas y se derribaron para construir el templo parroquial de San José.

El Obispo de Cartagena, Don José Jiménez (1805-1820), autorizó la construcción del edificio, ya que la iglesia provisional de la Nueva Villa de la Población del Puerto de Águilas era bastante pequeña para la concurrencia de tantas personas, que, ante la estrechez del edificio, tenían que asistir a los ritos religiosos desde la calle.

La Real Empresa encargó al Teniente de ingenieros del Ejército y miembro de la Real Academia de San Carlos, D. Juan Cayetano Morata que proyectase el plano del nuevo templo. No se sabe con certeza si los planos se ajustaron al trazado por Morata o correspondía al corregido por Antonio Prat.

Fernando VII concede arbitrios (recursos), aunque no se aplicaron inmediatamente, para sufragar las obras de la iglesia como impuestos sobre los productos que salían del puerto de Águilas. También se sufragaron las obras con la limosna de la población. Al final los arbitrios se impusieron en concepto de "impuesto de culto y clero" (1842).

El templo parroquial fue concluido en diciembre de 1853 y se procedió a su consagración, constituyendo el presbítero D. José María Romero, con su interés, el principal instrumento para que se llevase a cabo la edificación.

En el Libro Becerro de la Parroquia, se relatan las circunstancias que rodearon la erección y consagración del templo, así como los festejos con que Águilas conmemoró la efeméride, recogidos por Antonio Cerdán y Luis Díaz. En el documento se relatan las vicisitudes de la Parroquia desde los años 1790 hasta 1900.

Personas Relacionadas con el Templo

Entre los personajes más relevantes ligados a la historia de la iglesia parroquial de San José de Águilas destacamos la figura de Diego Martínez Carlón (1768-1836), Obispo de Jaén.

A la muerte de Fernando VII las nuevas corrientes liberales inciden con fuerza en la vida del país emprendiendo una persecución contra la iglesia. Frente a esta actitud de las ideas progresistas procedentes de la Revolución Francesa hubo una gran parte de prelados españoles que aferrados a las ideas absolutistas se opusieron abiertamente a tal situación y a consecuencia de ello el Obispo de Jaén Martínez Carlón fue destituido de su cargo por el Gobierno del General Espartero y desterrado en Águilas, su pueblo natal donde falleció un año después, el 29 de agosto de 1836. Sus restos, que yacían en un panteón en el cementerio de esta villa, fueron trasladados a la iglesia de San José con motivo de la inauguración y bendición del templo. Según Cánovas Cobeño, fue bautizado en la Parroquia de San Mateo de Lorca el 28 de mayo de 1779. Parece ser que está inhumado, cerca del altar mayor de la iglesia de San José de Águilas y en sitio que su sepultura se encuentra al paso de las personas. Junto a la entrada de la antigua sacristía (que por aquel entonces estaba a la derecha de la cabecera de la iglesia) hubo una lápida de mármol blanco testimonio de este hecho, que había desaparecido y se volvió a colocar una reproducción en su lugar primitivo en 1991, para en la actualidad cambiar a otro lugar de la iglesia.