Abanilla

La Casa Cabrera siempre ha sido vivienda, como lo es en la actualidad, siendo la disposición de la misma y algunos elementos decorativos originales del siglo XVIII.

A ella se accede por una gran puerta de cuarterones, con doble hoja de madera, dos pilastras de piedra en ambos lados y un frontispicio coronado por el gran escudo nobiliario.

Nada más entrar, el gran zaguán que aún presenta sus colañas, donde se abre un gran arco de medio punto que da entrada al patio cuadrado. El enlosado del suelo es de piedra y en el centro aparece una pozo con brocar original de hierro. Hasta los años setenta del siglo XX éste se situaba en su lugar original, un poco más ladeado del centro, siendo simulado el que preside actualmente el patio.

En la planta baja aparece una chimenea, que ya no guarda las proporciones tan grandes que presentaba en su origen, y la escalera de piedra original, que da acceso al piso primero. El segundo piso se utilizaba a modo de almacén para guardar el grano y otros alimentos. Actualmente la casa aún guarda en su interior toda la esencia de siglos pasados.