Free cookie consent management tool by TermsFeed Iglesia de San Lázaro Obispo de Alhama de Murcia-Arquitectura - Región de Murcia Digital
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Alhama de Murcia

Iglesia de San Lázaro Obispo de Alhama de Murcia

Arquitectura

Capilla de la Comunión[Iglesia de San Lazaro de Alhama]
Capilla de la Comunión

Descripción arquitectónica

La iglesia se ciñe al tipo de planta jesuítica, cuyas trazas derivan de la construcción barroca romana de la iglesia de Il Gesú,  y que consiten en una sola nave cubierta con una bóveda de cañón con lunetos; crucero sobre el que se alza una cúpula sobre pechinas; capillas laterales unidas entre sí mediante reducidos arcos de medio punto y testero plano. Las capillas laterales están separadas por grandes contrafuertes exteriores. En el alzado, las capillas están separadas por tramos murales articulados por pilastras que sostienen visualmente la cornisa de imposta de la bóveda. Curiosamente, las pilastras tienen dos capiteles superpuestos, uno de orden toscano y otro, decorado con cardinas, a modo de hojas de acanto y organizadas en doble fila. La bóveda presenta decoración de rocallas.

Al igual que otras muchas iglesias dieciochescas de la Región, la de Alhama se caracteriza al exterior por el empleo del ladrillo y entrepaños de mampostería.

La portada

La portada se levanta sobre un fondo de sillares de piedra caliza y se compone de dos cuerpos. El primero consta de dos pilastras de orden toscano que abrigan la puerta y sobre las que se dispone un arquitrabe liso y un friso adornado de flores y angelotes. El segundo cuerpo está flanqueado por dos piezas a modo de flameros y entre motivos florales contiene en su centro el anagrama de María. Encima, una hornacina que alberga una talla en piedra de la Virgen Ntra. Sra. de Gracia. Se trata de una portada-retablo para ser contemplada como telón de fondo que servía de ornato al atrio. El acroterio, separado del resto de la fachada por un óculo, estaba coronado por las esculturas de San Lázaro, en el centro, y sus hermanas Sta. Marta y Sta. María, en los extremos.

La sacristía nueva, el camarín y la capilla de la Comunión

La sacristía

Tal y como se aconsejaba en la época, la sacristía está situada detrás del presbiterio y es de planta rectangular, con techo arquitrabado sobre cuatro vigas entrecruzadas a cierta distancia de las esquinas. La decoración es de casetones que, a su vez, guardan en el interior motivos vegetales. En los cuatro puntos en que se cruzan, se apoyan sobre poderosas columnas de capitel jónico, fuste liso y basa de mármol. Con la finalidad de no romper el espacio y dar solución de continuidad, Alonso hizo que las vigas, al morir en las paredes de la sacristía, descansasen sobre pilastras jónicas. Por otra parte, el equilibrio que guardan las proporciones y el uso del color blanco, dotan al recinto de racionalidad y pureza, al tiempo que sirve de estructura sustentante del camarín.

El camarín

La combinación del esquema barroco con la sencillez neoclásica tendrá su reflejo en un espacio individualizado y circular como el camarín. Esta estancia se caracteriza por su elementalidad y por un dominio absoluto del muro sobre los huecos (hornacinas). El contorno nítido sólo queda roto por pilastras adosadas de fuste acanalado y capitel jónico.

La capilla de la Comunión

Pocos años después, en 1798, Alonso dio trazas de la capilla de la Comunión, siendo autor el arquitecto murciano Salvador González Ros quien dirigió las obras. El recinto está dividido en ocho tramos, cuatro grandes y otros tantos más pequeños, separados por pilastras de orden compuesto que sustentan una cúpula dividida en cuatro cascos, en la que se abre una linterna. Los tramos menores están dispuestos en diagonal y en ellos se abren nichos rectangulares que apoyan en ménsulas. Están adornados por guirnaldas. Los tramos mayores encajan con el altar, los dos grandes ventanales y el arco de acceso.

La capilla de la Comunión sobresale del perímetro del templo. Al exterior se cubre con tejas, tanto la cúpula, como la linterna. Las obras se dieron por concluidas el 25 de agosto de 1806, después que el tallista Julián Hernández decorara la capilla y construyese el retablo, dorado y pintado por el maestro dorador Francisco Sanz.

Bóveda [Iglesia de San Lazaro de Alhama]
Bóveda