Puerto pesquero de Cabo de Palos [Cartagena_Rincón de San Ginés]
Puerto pesquero de Cabo de Palos
Melvas capturadas con almadraba
Melvas capturadas con almadraba
Murcia enclave ambiental

  El peligro de los piratas berberiscos

  Las incursiones de piratas berberiscos en el siglo XVI hicieron que la costa se viera inundada de torres defensivas. Tres de estas construcciones se situaron en La Manga y una en Cabo de Palos, aunque ninguna de ellas sigue en pie, pero sí se conoce que la de Cabo de Palos se erigió en el mismo lugar en el que hoy está el faro. Debido a estos peligros las tierras de la diputación permanecían prácticamente despobladas y el Concejo de Cartagena las alquilaba para obtener negocio de ellas, incluso llegando a invernar por su clima benévolo las ganaderías trashumantes de Castilla y Extremadura. También por el miedo a los musulmanes del Norte de África los pescadores dejaron por un tiempo de realizar sus labores. El Concejo de Cartagena, al igual que otras zonas de la geografía murciana, ofrecía beneficios fiscales y colaboración en los rescates de los cautivos para que la población se animara a trabajar las tierras y salir al mar.

  Algunos datos en la Edad Moderna del Rincón de San Ginés

  En el siglo XVI, cerca de la actual población de Los Belones existió una fuente de agua denominada 'Fuente del Loco'. El primer domingo de mayo se organizaba una romería en honor a San Isidro Labrador, que llegaba hasta este punto de agua. Según parece, incluso pudo servir esta fuente para abrevadero de ganado trashumante, ya que estaba oficialmente catalogada dentro de la Vereda Real.

  En el siglo XVII se puso en funcionamiento la Almadraba de Cabo de Palos. Debido a la lejanía de Cartagena, a cambio de una contribución, la Compañía Pesquera autorizaba a comercializar el pescado en Cabo de Palos, subastas a las que acudían gentes provenientes de la zona de Valencia a comprar. Ya en el siglo XVIII, la construcción del Arsenal Militar de Cartagena elevó la producción agrícola de las poblaciones que rodeaban la capital, ya que los cuantiosos obreros que estaban erigiéndolo precisaban de alimentos, circunstancia que también beneficiaría al Rincón de San Ginés.

  Las Islas del Mar Menor en el siglo XVIII

  Según un poder de la Armada, en 1726 el propietario de las Islas del Mar Menor pasaba a ser el infante don Felipe, hijo de Felipe V, para que pudiera practicar en ella uno de sus entretenimientos, la caza. Por otro lado, se dispuso también que la custodia de las islas pasaba al Intendente General de la Marina de Cartagena, aunque con el tiempo dependerían directamente del Ministerio de Marina.