A finales del siglo XIV aparece como propietaria del lugar doña Mencía de Cervatos, mientras que en el siglo XVI se sabe que eran tres los propietarios del 'Lugarico', familias pertenecientes a la genealogía de los Carrillo. Pedro Carrillo de Albornoz, Gómez Carrillo de Albornoz y un tercero, Martín Ruiz de Quirós, como los anteriores dueños de un mayorazgo.

  La riada de 1545 afectó gravemente a Javalí Viejo, dada su cercanía al curso del río Segura, pero en 1587 se contaban unos 200 habitantes, que se incrementarían hasta 470 en el censo de 1768. A finales de este siglo XVIII se trataba de un lugar de realengo con alcalde pedáneo.

  En 1747, por Real Orden, se procedió a expropiar el Molino de la Pólvora, obra del XVII, para convertirlo en la Fábrica de Pólvora Santa Bárbara, industria que hasta aquel momento había estado en manos de arrendatarios, que no proporcionaban un producto de calidad, de ahí la intervención del Estado. Este hecho es uno de los acontecimientos históricos más relevantes de la villa y alrededores, ya que sus continuas ampliaciones, la de 1789 y 1862, proporcionaron a los vecinos un recurso económico importante hasta entrado el siglo XX.