Tierras de Fenazar [Molina de Segura_El Fenazar]
Tierras de Fenazar

La pedanía de El Fenazar se encuentra en unas tierras muy áridas con apenas vegetación, salvo algunas plantas de monte bajo.

El Fenazar comprende tierras de secano donde predomina el esparto, tomillo y romero con buenas vistas a la Sierra de La Espada, la Sierra del Lugar y el Parque Regional Sierra de La Pila, un lugar de extraordinaria riqueza en la flora, hasta el punto que constituye el último reducto del sureste peninsular para determinadas especies.

Alguno de los paisajes más destacados de la pedanía aparecen en la vía pecuaria que la atraviesa y en el entorno del yacimiento arqueológico, de interés geológico y paleontológico.

En los últimos tiempos el campo cultivable de El Fenazar ha experimentado una importante trasformación de secano a regadío. Se concentran aquí buena parte de los nuevos cultivos de modernización, con riego por goteo y grandes extensiones de cítricos y frutales.

Una vía pecuaria atraviesa la pedanía

Una de las vías pecuarias que transitan por Molina de Segura es la denominada Cordel de los Valencianos que, procedente de Fortuna, atraviesa El Fenazar.

Se incorpora a Molina de Segura a la altura de la Sierra del Lugar, pasa La Hurona, El Fenazar, Los Valientes, entra en Rambla Salada y atraviesa los parajes de la Alcayna, Cabezo de la Cueva Negra, Canteras, Cabezo Blanco, Lomas del Polvoristas, siguiendo el límite municipal de Molina de Segura con Murcia. La anchura legal de esta vía pecuaria es de 37,5 metros y la longitud total que afecta al Municipio es de unos 33.000 metros.

Un importante yacimiento arqueológico

Entre los yacimientos más importantes de flora fósil destaca el de El Fenazar, pues en él se encuentran troncos silicificados de palmeras de edad Messiniense (6,5-3 millones de años). El principal interés de estos troncos reside en las implicaciones paleoambientales del nivel estratigráfico en el que se encuentran, ya que su presencia indica un episodio de emersión y desecación intramessiniense de la cuenca de Fortuna. Se trata, según los expertos, de un yacimiento excepcional tanto por su interés geológico y paleontológico, como por la escasez en el registro sedimentario de este tipo de restos fósiles.