La Historia de Singla se remonta a la Edad del Bronce, período en el que comienza a desarrollarse la metalurgia. Esta época se ve reflejada en esta pedanía por algunos yacimientos presentes en sus alrededores. Pero la riqueza arqueológica de Singla se observa ya en época romana, en la que se pueden destacar yacimientos como el de El Cabecico, Ocho Casas, El Pocico de Singla y el más destacado de todos es el del Cerro de la Ermita. Todos ellos con restos tanto de época ibérica como romana.

  También en época medieval tiene Singla restos de la ocupación islámica, que debió ser importante en la zona. Destacan restos como el de La Torrecica, donde aún se observan los restos de una torre de vigilancia o el Molino de Singla. Dos órdenes militares estarían unidas a los destinos de Caravaca de la Cruz, la Orden del Temple y la Orden de Santiago. Estas dos instituciones, cuyo origen se remonta al período medieval, estarían a cargo de administrar los bienes de las poblaciones moratalleras, así como de la repoblación de estas tierras conquistadas. Mientras que la influencia de la Orden del Temple se remonta a los años en los que estuvo vigente, desde el 1266 al 1310, especialmente durante el año 1296, dada la protección que le brindó el Rey Jaime II, la Orden de Santiago no haría acto de presencia en Caravaca hasta el año 1344.

  Ya en el siglo XIX Singla alcanzó mucha  importancia como villa, durante el Trienio Liberal (1820-23). Pero con el reinado de Isabel II (1843-68) y las reformas constitucionales Singla perdió su alcaldía y pasó a depender de Caravaca, ya que fue cabeza de su propio Ayuntamiento y su municipio abarcó a pedanías de toda la zona.