La Atalaya
Historia y Patrimonio
La Historia de esta pedanía mazarronera de La Atalaya comienza a mediados del siglo XIX, cuando la minería se extendió por el vecino Coto Fortuna.
Sin embargo, los parajes que rodean esta villa de unos 200 habitantes están cargados de una Historia, que comienza en época argárica.
Las primeras referencias históricas, evidenciadas por los restos arqueológicos que hasta hoy día pueden hallarse en la zona, se sitúan en el período histórico del Imperio Romano en Mazarrón. Cerámicas, útiles mineros, prendas de fibra vegetal, estructuras de explotación de las minas y lápidas son algunos de los vestigios del Coto Fortuna, cercano a la pedanía de La Atalaya.
Se evidencia así el gran interés que la antigua Roma tuvo en los depósitos de alumbre y plata, que existían en estas zonas. El yacimiento estuvo explotado por los romanos en dos periodos de tiempo, el primero tras su llegada en época republicana continuándose en el siglo I d.C., y a partir del siglo IV d.C. La producción de mineral estuvo vinculada al puerto o puertos diseminados por los fondeaderos y calas de este tramo litoral, y directamente conectado con Carthago Nova.
Tras la Reconquista cristiana del territorio murciano en 1243 a través del Tratado de Alcaraz, zonas como Mazarrón sufrieron un despoblamiento. Desde finales del siglo XIII las zonas del interior, alejadas de los ataques berberiscos por la costa, debieron estar pobladas por alquerías dedicadas a la actividad agropecuaria. Estos pobladores vivían al amparo de los pequeños castillos y torres vigías diseminados por el Campo de Mazarrón. En el siglo XV se descubre el alumbre, que mantiene una industria vigente hasta finales del siglo XVI, lo que continuó la explotación minera en Mazarrón.
Entre los siglos XVII y XVIII la explotación minera continuó basada en el plomo y la plata, siendo el XIX el que desarrollaría de manera intensa la extracción de los recursos mineros de la zona, ahora también con el hierro. Este hecho proporcionó trabajo a los lugareños, que vieron cómo en sus caseríos y pequeñas aldeas aumentaba considerablemente la población que se instalaba para trabajar en las minas. La actividad agropecuaria continuó en la zona. Cercanos a La Atalaya se sitúan algunos molinos harineros, de lo que da cuenta del cultivo de cereal.
Tras el cierre de las minas, a mediados del siglo XX la zona se vio obligada a incrementar sus recursos agrícolas. Es en los años 80' cuando llegan las técnicas de riego por goteo e invernadero.
Naturaleza
La comarca de Mazarrón disfruta de un ecosistema variado que incluye una zona costera muy rica, con unos relieves destacados en su límite norte. El relieve de Mazarrón es Bético y tiene en la Sierra de la Almenara y la de Las Moreras, una orografía prelitoral característica. La Sierra de las Moreras, que constituye un espacio natural protegido, se sitúa al sur de la pedanía, desde donde se puede admirar su extensión y cómo en ella se concentran, en la zona más próxima al litoral, las vertientes de varias ramblas que atraviesan el campo de Mazarrón y pasan por La Atalaya.
La Sierra de las Moreras da cobijo a especies como el águila perdicera y la tortuga mora, que tiene allí una reserva para su protección. Las especies de flora de estos parajes son típicamente mediterráneas, matorral, abundancia de palmito y cornical, sobre todo en la Sierra de las Moreras, lentisco, coscoja, bayón, bolina, rascamoños, arto y algarrobos son las especies más abundantes en la zona. Especies duras y coriáceas, muy adaptadas a la aridez del terreno.
La Sierra de la Almenara, cercana a La Atalaya, es una importante referencia para el municipio, pues constituye un cinturón natural que previene de las heladas.
Datos Generales
Código Postal: 30878
Origen: Siglo XIX
Altura media: 130 m
Habitantes: 191
Superficie: nd
Gastronomía
Los Productos de la huerta y el mar son la base de la gastronomía mazarronera, exquisitos tomates y salazones de pescado -hueva, mojama, atún y bonito-. En su gastronomía destaca la unión de estos ingredientes fundamentales en estas tierras en platos como el rape o mero a la mazarronera, ajotomate, albóndigas de bacalao, etc.
Los pescados ocupan el papel principal de esta gastronomía. A los platos mencionados se pueden unir las moragas de sardinas, los pescados a la sal y el arroz con bogavante. No hay que olvidar la tradición del campo de Mazarrón que deja platos como el cabrito al horno, los michirones o el conejo al ajo cabañil.
Economía
Hasta mediados del siglo XX los habitantes de La Atalaya conjugaban la actividad de la industria minera con las actividades agropecuarias en forma de pequeñas granjas dedicadas sobre todo al cultivo de secano, cereales, vid, almendros, y olivos, etc.
La agricultura de regadío e invernaderos han supuesto un importante sector de crecimiento para la zona. Los productos agrícolas más cultivados de la zona son el tomate y el pepino junto al melón y la sandía.
En los últimos años gracias al crecimiento en el número de habitantes sectores como el de la construcción y sus asociadas, producción y distribución de materiales, gas, agua, energía eléctrica, etc., han experimentado un sensible crecimiento.
Fiestas
Las fiestas locales de La Atalaya están dedicadas al Corpus Christi, celebración que tiene lugar el siguiente jueves al octavo domingo después del Domingo de Pascua, momentos litúrgicos que, como sabemos, varían en fechas de un año a otro.
Estas fiestas destacan por la gran participación ciudadana. En ellas se celebran multitud de actividades una misa rociera, elecciones de la Reina y el Mister, campeonatos de fútbol, concursos, degustación de paella gigante, exhibición de aeromodelismo, talleres lúdicos para niños, revistas musicales, etc.