Un origen medieval

    La historia documentada de Alquerías comienza en el siglo XIII, cuando se hace referencia en 1250 y 1272 a un lugar conocido como "Cinco Alquerías", con motivo de la compra del lugar al obispado de Cartagena por parte del rey Alfonso X. Posteriores repartimientos hicieron que propietarios como doña Juana de Castilla y Zúñiga tuvieran en el lugar tierras.

    La cercanía de "Cinco Alquerías" a la frontera de Orihuela, es otro de los datos que explican la existencia de topónimos de origen árabe y valenciano en esta localidad, como el de las veredas de Carcanox y Benicomay. El hecho de ser enlace con la calzada de Cartagena-Elche a través del puerto de Tabala, determinaba también su interés como un área de nudo de comunicaciones.

Delimitaciones fronterizas

    El protagonismo de la antigua "Cinco Alquerías" en alguno de los episodios de las crisis políticas entre las coronas de Aragón y Castilla, ratifica el hecho de que se trata de una localidad ya constituida durante la Baja Edad Media, si bien se podía tratar de un lugar habitado sólo en cinco puntos concretos, con fincas de labor que trabajaría la población mudéjar.

    En 1329 se celebraría en "Cinco Alquerías" un pleito homenaje entre los reyes de Castilla y Aragón tras los acuerdos de Torrellas, acuerdos que configuraban las fronteras delineadas entre Orihuela y Murcia.

Patronazgos

    En 1365 ya eran conocidas las advocaciones de San Juan Bautista y la Virgen de la Oliva, imagen que puede datar del siglo XIII o XIV. Y en el mismo año se realizan obras en la acequia de Carcanox.

    Conocemos también a uno de los propietarios del lugar en 1394, Pedro Fernández Aguilar, en cuyas tierras se cultivarían cebada, viñedos y parras.

Época Moderna

    Los datos que se poseen de Alquerías en la época moderna se limitan a datos estadísticos, como los que realizó el Concejo de Murcia en 1713, momento en el que "cinco Alquerías" es descrita como un caserío del mayorazgo de Francisco Molina, caballero de Santiago. En el año 1737, aún siendo aneja a la parroquial de Beniaján, se contabilizaban en la localidad ciento cincuenta casas. Hasta 1787 no tendría parroquia propia y la población diez años después alcanzaría los 1.480 habitantes.