La muestra conmemora el 20 aniversario del fallecimiento del pintor y refleja la variedad de formatos empleada a lo largo de su carrera

Vuelve el Paraíso

La Consejería de Turismo, Cultura y Medio Ambiente organiza en el Museo de Bellas Artes de Murcia (Mubam) la exposición ‘20 años sin José María Párraga. El extraño pintor’. La muestra se inaugura hoy (20:00 horas) y estará abierta hasta mediados del mes de abril en la Sala Logia del museo.

Para conmemorar el reciente 20 aniversario del fallecimiento del pintor, el Mubam reúne unas 40 obras realizadas por Párraga desde los años 50 hasta mediados de los 90. Unas piezas que, según explicó el director general de Bienes Culturales, Juan Antonio Lorca, “evidencian la riqueza y variedad de formatos que empleó a lo largo de su trayectoria el que sin duda es uno de los grandes nombres de la pintura de nuestra Región y uno de nuestros creadores más recordados y queridos”.

Lorca declaró que “Párraga, autor excepcional de una extensa y sorprendente obra, se caracterizó por ser el creador de un lenguaje único que desarrolló en multitud de soportes. Él mismo dijo que había pintado ‘sobre cualquier soporte y con cualquier cosa’, y en esta muestra se recogen algunas obras que evidencian este interés del creador por investigar con los materiales y que, además, han sido cedidas por particulares y familiares, por lo que se trata de piezas que no se exponen de forma habitual”.

Entre las creaciones expuestas en el Museo de Bellas Artes destaca especialmente la vidriera de la Imprenta Belmar (265 x 240) realizada por José María Párraga a finales de los años 70 con laca de bombillas sobre vidrio y expuesta a la entrada del museo.

Ya en Sala la Logia, ceras, rotuladores, carboncillo, betún, barniz, esmalte, tinta aplicada con rodillo y espátula, además de otras técnicas como guache, aguafuertes, pirograbados y collages sirven al artista para dar forma a bodegones, huertanos, toreros, bailarinas, músicos, gatos y peces, así como para inmortalizar besos e incluso la fachada de la Catedral. Todo ello sobre dispares soportes como el papel, cartón, cerámica, azulejos, puertas de armario e incluso servilletas, una caja de sardinas y la tapa de un barril.

Esta exposición, añadió el director general, “se puede ver en el Pabellón Cerdán, que ha sido recientemente adecuado para acoger la nueva colección permanente del museo, enriquecida con nuevas obras de sus fondos y con la que se pretende llegar a un nuevo público, fidelizarlo y continuar así mejorando los magníficos datos de visitantes”. Durante 2017, año en el que se pudieron ver muestras temporales como la de arte urbano o la dedicada a Sorolla, el Mubam fue el museo regional que más aumentó la cifra de visitantes, un 90 por ciento, rozando las 73.000 personas.

El Museo de Bellas Artes, donde también se puede ver hasta este domingo la exposición temporal ‘Pintores murcianos. Colección Mubam’, permanece abierto de martes a viernes, de 10:00 a 14:00 y de 17:00 a 20:00 horas; los sábados, de 11:00 a 14:00 y de 17:00 a 20:00 horas, y los domingos y festivos, de 11:00 a 14:00 horas.

Trayectoria

José María Párraga (Alumbres, 1937 – Murcia, 1997) comenzó a estudiar Magisterio en 1951, compaginándolo con la Escuela de Artes y Oficios, donde recibió clases de Almela Costa, Luis Garay, Clemente Cantos y Mariano Ballester. Durante esa década también asistió a talleres donde compartió experiencias con una excepcional generación de artistas.

Vivió una temporada en Madrid y, posteriormente, viajó a Holanda y Francia, donde tomó contacto con la obra de los postimpresionistas, lo que marcó considerablemente su obra.

En 1955 empezó a trabajar de maestro –profesión que abandonó– y al año siguiente realizó su primera exposición individual. En 1964, participó en la fundación del grupo AUNAR junto a los pintores Manuel Avellaneda y Aurelio y los escultores Elisa Séiquer, Hernández Cano, Francisco Toledo y José Toledo, impulsando la renovación en el panorama artístico murciano.

A lo largo de su extensa carrera, Párraga empleó diversas técnicas como el dibujo y el pirograbado, realizando también murales e incluso ilustraciones en prensa. Sus primeras obras son figurativas, pero ya mostraba una cierta deformación o alargamiento. A partir de 1959 comenzó a experimentar con el collage y con técnicas próximas a las artes gráficas y, en torno a 1968, se deja ver la influencia de Picasso y Klee. En los 80, una crisis emocional se reflejó en su obra, pero en la década siguiente recuperó de nuevo sus trazados curvos y sinuosos, incorporando además el color.