El de Las Lumbreras ambiciona encandilar otra vez en las grandes clásicas de abril -Amstel, Lieja y Flecha- y subir al podio parisino del Tour, "si hay suerte y fuerzas".

La Challenge de Mallorca, entre el 11 y 15 de febrero, será, por compromiso de patrocinio, el punto de partida de una temporada que afronta con la misma ambición que siempre, a diferencia de que, “estoy llegando a una edad muy buena para las grandes pruebas por etapas, así que espero hacerlo bien este año”. La presencia del Tour en sus planes de viaje es casi omnipresente, de modo que, “hay que tener suerte para acabar el Tour, y entonces habrá que pensar en acabar entre los cinco mejores, contando con estar al 100%, e incluso, por qué no intentar ganar".

"Creo que ahora estoy al 80% de mi tope de forma; lo normal para estas alturas de la temporada”, expresa Valverde con la misma tranquilidad en que planea instaurarse hasta marzo, “para cuando ya deba intensificar mis entrenamientos con miras a afrontar las grandes clásicas de abril, como es la Amstel Gold Race; un gran objetivo para mí, ya que no tuve suerte el pasado año, cuando me golpeé, y porque ya había ganado la Lieja", en declaraciones a Cyclingnews.

En la cita balear, Valverde estará presente en la primera, tercera y quinta etapa, y, lejos de reverdecer laureles victoriosos, "mi misión aquí es trabajar para quienes sí tienen posibilidades de ganar".

Otra cosa muy distinta espera para el Tour, para cuando el liderazgo compartido con Óscar Pereiro, virtual líder de la pasada edición, lo considera una ventaja, "porque la responsabilidad es compartida, y de esta manera, soporto menos presión, que es mejor para mí", además de ser “una seria amenaza” para el rival. 

Tampoco elude manifestarse sobre escabrosos temas de candente actualidad, como la guerra sin cuartel que enfrenta a los organizadores de Giro, Tour y Vuelta y la UCI. "No considero que sea bueno para el ciclismo.Debe solucionarse cuando antes. Ya hay demasiados problemas en el ciclismo como para sumar también estas discrepancias", concluye.

Antonio J. Salmerón